La Axarquía busca un modelo de negocio para impulsar prácticas de cultivo más ecológicas
Investigadores de la Universidad de Córdoba analizan «las barreras» que limitan la adaptación a las técnicas sostenibles de los cultivos tropicales y de invernaderos en la comarca oriental
Las abundantes lluvias en lo que va de año hidrológico han puesto fin a casi un lustro de sequía extrema en la provincia, que ha tenido una especial incidencia en la Axarquía. ... Centenares de hectáreas de cultivos subtropicales, especialmente de aguacates y, en menor medida, de mangos, se han visto muy afectadas. Muchos agricultores han optado por renovar sus plantaciones ahora que ha vuelto a llover y las perspectivas son de nuevo halagüeñas para las explotaciones.
El uso de las aguas regeneradas ha permitido compensar la drástica reducción de recursos hídricos en la zona procedentes del embalse de La Viñuela, que llegó a estar interrumpido desde el 1 de octubre de 2022 hasta el pasado verano, cuando se otorgaron tres hectómetros para riegos de emergencia. Para este año la situación es completamente diferente y se han planificado 12,8 hectómetros cúbicos para la zona regable del Plan Guaro, lo que supone unos 2.000 metros cúbicos por hectárea.
Ahora, en plena recuperación del sector, un equipo de la Universidad de Córdoba (UCO) está investigando alternativas al modelo de negocio agrario convencional para integrar prácticas agroecológicas, como las rotaciones de cultivo, cubiertas vegetales, evitar el uso de fertilizantes químicos, etc., en las explotaciones agrarias del Mediterráneo, además de determinar las barreras que limitan la aplicación de estas prácticas como parte del proyecto europeo AgrEcoMed, «mediante una transición agroecológica».
Las investigadoras Laura Sánchez Mata y Melania Salazar Ordóñez y los investigadores Macario Rodríguez Entrena y Julio Berbel, del grupo de investigación WEARE-EAARN (Water, Environmental and Agricultural Resources Economics) de la UCO, trabajan dentro de este proyecto, en el que han estudiado los cultivos hortícolas, subtropicales y de olivar en la zona de la Axarquía.
Han estudiado los cultivos hortícolas, subtropicales y de olivar en la zona de la Axarquía
El proyecto se centra en la evaluación de la sostenibilidad económica de la transición agroecológica. Por ello, han analizado los actuales modelos de negocio para estas explotaciones agrarias, su nivel de transición agroecológica, y las barreras que limitan esta transición, para, en base a toda esta información, «proponer un modelo de negocio agroecológico lo más rentable y eficiente posible», según han informado desde la universidad cordobesa en un comunicado. Para estos investigadores, «Europa necesita mejorar la sostenibilidad de su cadena agroalimentaria». Por eso, la Unión Europea lleva desde el 2020 impulsando estrategias para fomentar la transición del sector a un modelo más sostenible, como la llamada 'Estrategia de la Granja a la mesa' del Pacto Verde Europeo.
Las prácticas agroecológicas ofrecen la posibilidad de rediseñar progresivamente el agroecosistema y reconectarlo con los consumidores locales para hacer esta transición. Así, según los científicos, «previenen la erosión, mejoran la biodiversidad, reducen la deforestación y aumentan la capacidad de los suelos para capturar carbono». «La agricultura ecológica tiene como principal limitación el rendimiento productivo que, a priori, es menor que en la convencional. La transición agroecológica ofrece la posibilidad de aplicar prácticas sostenibles con diferentes niveles de exigencia que, con el modelo de negocio adecuado, pueden seguir siendo rentables a largo plazo», han expresado los investigadores cordobeses.
La agricultura en general es vulnerable a fenómenos como las sequías o las lluvias torrenciales, que aumentan con el cambio climático. Además, las explotaciones convencionales suelen centrarse, en muchas ocasiones, en un sólo tipo de cultivo, lo que deja poco margen de maniobra en situaciones de crisis. Los modelos agroecológicos, pueden ser más resistentes a este tipo de crisis. Las cubiertas vegetales y el 'mulching', por ejemplo, protegen el suelo de la erosión y reducen el impacto de la sequía. Además, suelen combinar distintas fuentes de ingresos y cultivos, con lo que pueden ser más resilientes.
«Productividad a largo plazo»
«El uso de químicos o malas prácticas contribuyen a la erosión», señala Laura Sánchez, que participa en la investigación de la UCO junto con Julio Berbel, Macario Rodríguez y Melania Salazar. «Cuidar tu explotación hoy garantiza su productividad a largo plazo», explica la experta. El objetivo de este modelo de negocio es sacar el máximo partido a las propias prácticas agroecológicas.
Teniendo en cuenta que una de las preocupaciones principales de los agricultores es la volatilidad del mercado, que hace que varíen los precios de insumos como el abono o los fertilizantes, si se recicla el estiércol de la ganadería como abono para el cultivo (economía circular) o se evita el uso de fertilizantes químicos (cultivo ecológico), ese problema se reduce, según los especialistas. Además, diversificar el cultivo, una de las claves de la producción agroecológica, hace que sea más fácil adaptarse mejor a las crisis y los vaivenes del mercado.
Diversificar el cultivo hace que sea más fácil adaptarse mejor a las crisis y los vaivenes del mercado
La rotación de cultivos, el riego deficitario, las cubiertas vegetales y el 'mulching' contribuyen al aumento de la biodiversidad, al ahorro de agua y previenen la erosión. Otra estrategia para mejorar la rentabilidad en las explotaciones es combinar la actividad agraria con otras actividades, que pueden ir desde el agroturismo hasta la transformación de los productos agrarios en la propia explotación, para tener distintas fuentes de ingresos. Para estos investigadores, también podría ser útil diversificar los canales de venta o hacer venta directa para reducir los costes y la contaminación.
A pesar de todo, la mayor limitación de este tipo de prácticas parece ser empezar. La transición suele resultar complicada si no se tiene formación especializada, y adaptar la maquinaria puede resultar costoso. «Si sólo tienen como actividad económica la agricultura», señala Sánchez, «valoran mucho más la producción y el rendimiento económico de la explotación», explica la investigadora. En estos casos, la solución podría pasar por ayudas financieras a las explotaciones para asumir ese coste inicial.
Control de la malformación del mango
Por otro lado, la producción de mango en España, particularmente en regiones como Andalucía, se ha consolidado en los últimos años como una actividad agrícola significativa gracias al clima subtropical que ofrece condiciones ideales para su cultivo. Sin embargo, uno de los principales retos que enfrentan los agricultores es la malformación del mango, una condición que impacta negativamente tanto en la calidad como el rendimiento de las cosechas. Un reciente artículo publicado en la revista especializada Phytoma aborda esta problemática para entender su origen, sus implicaciones económicas y las estrategias para mitigarla.
Para los investigadores, el mango es un cultivo originario del sur de Asia, y es uno de los frutos subtropicales más cultivados y comercializados en el mundo. La provincia de Málaga, y en particular la comarca de la Axarquía, es el mayor centro de producción de mango en Europa, junto con otras regiones de Andalucía, como Granada. Este éxito está respaldado por las condiciones agroclimáticas favorables, como temperaturas cálidas, suelos bien drenados y una altitud adecuada.
Sin embargo, el cultivo de mango en la Axarquía se enfrenta a serias limitaciones debido a las restricciones de agua para riego, así como por la presencia de plagas y enfermedades. Entre las enfermedades más comunes que afectan al mango, se encuentran la necrosis apical del mango, causada por la bacteria 'Pseudomonas syringae', la antracnosis, causada por el hongo 'Colletotrichum gloeosporioides', el oídio, causado por 'Oidium mangiferae', y la pudrición del cuello provocada por 'Phytophthora'. Sin embargo, la enfermedad denominada «malformación del mango» ha ido ganando relevancia en los últimos años, hasta convertirse en la actualidad «en un problema que empieza a limitar seriamente la producción de mango».
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