Susana Díaz reclama a Europa cooperación para frenar las pateras

Susana Díaz concluyó ayer su nuevo viaje a Bruselas con la impresión de que ha sido una visita «positiva» en a que se han abordado numerosos temas. El que ayer copó su actividad, la situación de la inmigración, en días de máxima afluencia de pateras, centró la conversación con Tajani, buen conocedor de la realidad española. Al político italiano, la presidenta andaluza le reclamó que la UE reedite la fórmula que ya mostró su éxito cuando la crisis de los cayucos hacia Canarias, cuando se reforzó la cooperación con Mauritania y Senegal. «Cuando hay interlocución» entre los gobiernos y presencia y fortaleza de las instituciones europeas, se consigue frenar» estos flujos, dijo Susana Díaz.

También pidió reforzarla seguridad «con países que son aliados estables en el Mediterráneo, como es el caso de Marruecos», aunque también citó Argelia, punto de partida de una nueva y potente ruta de tráfico de seres humanos.

Asimismo, Susana Díaz mostró una preocupación especial por los menores inmigrantes no acompañados, cuya llegada a las costas andaluzas no para de crecer. Dijo que «es fundamental que se trabaje con los gobiernos para impedir que se trafique con ellos, pues al final son carne de cañón, son los que utilizan las mafias para entrar en el continente europeo». También consideró «clave» que las instituciones europeas impulsen y «aumenten la fluidez» de los acuerdos con los países del norte de África «para poder controlar ese tráfico de menores no acompañados».

Además, la presidenta andaluza pidió a Europa «una mirada especial hacia las regiones del sur, que desgraciadamente hemos vivido una situación difícil y complicada durante la crisis, en la que el camino de austeridad se ha cebado y de manera grave». Por ello uno de los últimos menajes que dejó antes de regresar a Sevilla fue para recalcar que el reparto de los fondos de cohesión en el nuevo marco 2020-2027, disminuido por el Brexit, va «a marcar la capacidad de competencia que tenga Andalucía», y exigir que el Gobierno de España respete el principio de adicionalidad, es decir que los fondos que vienen de Europa «se destinen de manera adicional a la inversión propia que tiene que realizar el Gobierno» de España y no sustituya a ésta.