Así será la vuelta a las playas andaluzas en la fase 2 de la desescalada
La comunidad busca salvar el verano especialmente con el turismo nacional movilizando más de 300 millones de euros
Miércoles, 20 de mayo 2020, 17:38
Como viene realizando en todos los sectores, Andalucía está trabajando para garantizar la seguridad en sus playas contra el COVID-19 de cara a este ... verano.
La comunidad está preparada para abrir estos espacios para el baño en la Fase 2 de la desescalada, apoyada en la evolución favorable de la pandemia en la región, y los planes de seguridad higiénico-sanitarios que se vienen implementando.
Para ello se han establecidos medidas como distancia de seguridad, aforo limitado, cribado de arena, horarios, prohibición de juegos colectivos, limpieza de utensilios e instalaciones o la sustitución de las colchonetas en hamacas por toallas personales, entre otras acciones destinadas a la prevención.
De igual modo, las piscinas públicas también están preparadas para reanudar su actividad a partir de la segunda fase ya que, como aseguran los estudios del CSIC, «no son de foco de contagio de coronavirus, máxime cuando el agua está clorada».
Para llevar a cabo esta iniciativa, la Junta de Andalucía ha destinado más de diez millones de euros a medidas sanitarias y de protección en la costa frente al virus.
Con todo ello se busca que Andalucía se posicione como un referente de destino seguro, reactivando tanto el turismo de cercanía y el mercado nacional ante la caída de viajeros internacionales.
Compromiso con los municipios costeros
Ante las consecuencias económicas del COVID-19, las entidades locales del litoral andaluz van a tener que realizar un esfuerzo económico para adaptar sus playas a las nuevas exigencias, dotándose de infraestructuras y equipamientos que favorezcan una adecuada implementación de las medidas de seguridad e higiénico-sanitarias a adoptar por los usuarios de las playas. Por ello, desde Andalucía ven necesario convocar las ayudas dirigidas a estas entidades costeras con el objetivo de conservar la actividad generadora de estas zonas, promover la sostenibilidad ambiental y socioeconómica del territorio andaluz y, junto a estas premisas, mantener una oferta de servicios turísticos de calidad, al tiempo que se facilita la adopción de las medidas higiénico-sanitarias necesarias para garantizar su seguridad.
La comunidad está regulando la elaboración por parte de los ayuntamientos de planes de contingencia individualizados frente a la enfermedad, en el que se establecerán las medidas necesarias que permitan garantizar el uso seguro de las playas.
Cabe destacar que se destinarán a este fin 5 millones de euros, que se sumarán a otros 5,5 millones en subvenciones para actuaciones de recuperación ambiental en materia turística, lo que supondrá que Andalucía destinará 10,5 millones a mejorar la seguridad y el uso sostenible del litoral andaluz.
Los planes de contingencia serán de aplicación mientras dure la situación de alerta sanitaria. En ellos, se expondrán las medidas que han adoptado ante esta situación al objeto de proteger la seguridad de las personas usuarias de las playas y garantizar el normal funcionamiento de los servicios. Estos planes individualizados deberán incluir medidas de autoprotección; carteles informativos, señalización y control de aforo; dotación extraordinaria del equipo de salvamento; medidas de refuerzo de limpieza, o vigilancia.
También se establece la puesta en marcha de un Catálogo General de Playas de Andalucía como instrumento al servicio de las diferentes administraciones públicas y de la ciudadanía en general, que permita conocer en cada momento los diferentes tipos de playas conforme a su clasificación, sus características físicas, los grados de protección por temporadas.
La gestión del Catálogo corresponde a la Consejería con competencias en materia de protección civil, que asignará un código de identificación a cada playa.
Andalucía calificará las playas según los diferentes criterios de riesgo en tres categorías: libres (aptas), peligrosas (se puede acceder con limitaciones) o de uso prohibido, así como para la determinación de sus grados de protección (bajo, moderado o alto).
El grado de protección lo determina cada ayuntamiento y se establece en función de criterios como pueden ser, entre otros, la afluencia de visitantes, el histórico de incidencias, si tiene actividades deportivas o si existe balizamiento en las zonas de baño.
Un plan integral para reactivar el turismo
Acorde a su compromiso con el sector, el Gobierno andaluz movilizará más de 300 millones de euros para reactivar el turismo tras el COVID-19.
El plan tiene como objetivo incidir en el posicionamiento de Andalucía como destino turístico preferente y seguro, especialmente en el mercado nacional. Para ello se ha apostado por iniciativa flexible, dinámica y adaptable que cuenta con propuestas de empresarios, sindicatos y profesionales del sector.
Otra de las medidas que se plantean es la extensión de los ERTE más allá del estado de alarma y hasta la reactivación efectiva del sector turístico, la bonificación del IRPF a través de bonos turísticos, la rebaja del IVA turístico del 10 al 4% hasta finales del 2020 para incentivar el consumo, liberar el pago del canon recogido en la Ley de Costas a los chiringuitos, y prorrogar su concesión un año.
También se persigue reducir el impacto de la crisis derivada de esta alerta sanitaria, intentado evitar la pérdida de puestos de trabajo y fortalecer la estructura laboral. Para ello, de los más de 300 millones de euros movilizados, se ha programado un millón de euros para incentivar los costes de contratación para contratos fijos-discontinuos, o la bonificación en la cuota de autónomos, junto con el tercio de los avales que ha concedido Andalucía a través de Garántia ha ido para el turismo.
A esto se suman campañas en medios de comunicación para refuerzo del otoño y el mercado internacional y la presencia en aquellos eventos internacionales que se organicen. Igualmente, se potenciará las alianzas con touroperadores y compañías aéreas y se continuará con el desarrollo de la tarjeta cultural como producto de fidelización de los viajeros, especialmente de proximidad.
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