Condenado por abusar sexualmente de su prima de 15 años en una reunión familiar

En una sentencia emitida el pasado 13 de diciembre y recogida por Europa Press, la Sección Cuarta de la Audiencia declara probado, fruto de un acuerdo de conformidad entre las partes del procedimiento judicial, que Alejandro G.G., de unos 34 años de edad en la actualidad, acudió el 24 de febrero de 2012 junto a otros familiares al domicilio de sus tíos y la hija de estos, su prima, para celebrar una reunión familiar en dicha vivienda de Dos Hermanas.

Sobre las 2 de la madrugada, cuando toda la familia se había retirado para dormir, ambos primos iban a pernoctar en el salón, según el relato de hechos probados, cuando el acusado, «aprovechando la situación y con ánimo de satisfacer su deseo sexual, comenzó a realizar tocamientos» a su prima, que en aquel entonces contaba 15 años de edad, «tocándole los senos, bajando hasta la vagina», mientras le decía «me vuelves loco, me pones mucho, todo va a ser muy rápido».

Después, según declara probado la sentencia por conformidad entre las partes, el acusado «bajó el pantalón» y le pidió que le hiciera una felación, a lo que ella accedió debido al «miedo que sentía». Finalmente, según se declara acreditado, Alejandro G.G. penetró a la menor «pese a que esta le manifestó reiteradamente que parase, petición a la que hizo caso omiso».

La citada sentencia, derivada de un acuerdo de conformidad entre la Fiscalía, la acusación particular y la defensa del acusado, señala igualmente que el mismo ha abonado una cuantía de 6.000 euros «solicitada por la acusación particular como concepto de responsabilidad civil a favor de la perjudicada».

Dado el caso, la Sección Cuarta de la Audiencia condena a Alejandro G.G. a dos años de cárcel por un delito de abusos sexuales con las atenuantes de reparación del daño y dilaciones indebidas, así como a la prohibición de comunicarse con la víctima o acercarse a ella por un periodo de tres años y al abono de la indemnización de 6.000 euros ya satisfecha. Su pena de prisión, no obstante, queda suspendida mientras no vuelva a delinquir por un periodo de dos años.