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La fauna andaluza más vulnerable evoluciona favorablemente en sus especies más emblemáticas y a la espectacular recuperación experimentada en los últimos años por el ... lince ibérico se suma también ahora, aunque a menor velocidad, el águila imperial ibérica, otro icono de la extraordinaria biodiversidad que atesora Andalucía.
En esta positiva evolución inciden de manera directa los programas de conservación impulsados por la Junta de Andalucía desde hace años a través de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, cuyo último censo sobre el águila imperial refleja una notable recuperación de esta rapaz que cuenta con 164 parejas nidificantes en toda la región.
Este censo correspondiente a 2024 marca un máximo histórico de su población que se ha duplicado en la última década y contabiliza actualmente hasta 18 territorios más en los que habita esta especie, lo que supone un incremento de casi el 11% con respecto a 2023. Además, las pérdidas han disminuido notablemente y solo 2 parejas tradicionales han desaparecido.
El coordinador del plan de recuperación de esta rapaz, Diego García, dijo a SUR que «una de las claves de esta favorable evolución es su excepcional expansión y el elevado número de nuevos territorios que están reconquistando las nuevas parejas, lo que se traduce en una mayor viabilidad de su población».
En este sentido, Diego García destacó «la suma de nuevos territorios en Cádiz y Sevilla, con cuatro más en cada una de estas provincias, y siete en Córdoba». La especie ha crecido fundamentalmente en Sierra Morena, donde se supera el centenar de parejas, mientras que en Cádiz son ya 13 territorios reproductores y en 11 en las Sierras Béticas, tanto en Jaén como en Granada.
En la sierra de Huelva donde en los últimos años se habían detectado algunos intentos de cría, en 2024 ya hay dos parejas, y por primera vez una de ellas ha conseguido sacar adelante un pollo.
Estos buenos datos contrastan con el estancamiento que se registra en Doñana, donde la población no supera las ocho parejas reproductoras de los últimos años.
Estos resultados confirman la tendencia positiva mostrada por la especie desde 1989, con un incremento que roza el 6% interanual. En los últimos diez años la población de águila imperial supera el límite del centenar de parejas, lo que se considera un tamaño poblacional mínimo para alcanzar un estado favorable de conservación, según la Directiva Aves y lo establecido en la Estrategia Nacional para la Conservación de la especie.
El censo registró el pasado año el nacimiento de 177 pollos, superándose el registro máximo de 166 de 2021. La reproducción del águila imperial es muy delicada y compleja, ya que en general la puesta es de tres o cuatro pollos de media y solo suelen salir adelante y volar uno o dos.
El coordinador del plan de recuperación de este ave resaltó el incremento del éxito reproductor con la aplicación de técnicas de alimentación suplementaria en aquellos territorios poco productivos, así como el rescate de pollos en riesgo de muerte.
El avance en la conservación del águila imperial ibérica tiene su parte negativa en las múltiples amenazas que acechan a esta espectacular rapaz de más de dos metros de envergadura con sus alas desplegadas, que sigue en peligro de extinción pese a su positiva evolución. Entre las principales amenazas destacan la electrocución provocada por los tendidos eléctricos en los posados de la rapaz, la ingesta de cebos envenenados y, en los últimos tiempos, la muerte por disparos. Desde la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente se subraya la importante reducción de las causas de mortalidad no natural gracias a las medidas de protección impulsadas, mediante el arreglo y modificación de tendidos eléctricos peligrosos, la lucha contra el uso ilegal de cebos envenenados y la minimización de molestias en el entorno de los nidos, situados en árboles de gran porte donde suelen instalarse para su reproducción. Más de la mitad de las muertes se producen por electrocución, un 20% por veneno y, lo más preocupante, un 20% también por disparos del hombre. El resto se producen por causas naturales, por lo que la Consejería seguirá potenciando las campañas de sensibilización para evitar la pérdidas de ejemplares por estas razones. El equipo de recuperación también valora el aumento del conejo de monte, principal presa y sustento de esta ave.
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