El impulso para empezar de cero: «Yo no salía de casa, me salvaron»

Fue a conocer a la Asociación Dyar y encontró la posibilidad de hacer cursos relacionados con su profesión. «Pude realizar el de 'Monitor de Ocio y Tiempo Libre' y con las prácticas me sentí cerca de los niños. Eso me dio la seguridad de volver a retomar la profesión, ahora trabajo dando clases particulares», cuenta Yolanda Galeano. Desde la Asociación Dyar hablan de ella como uno de los casos de éxito actuales: «Ella no tenía una red de apoyo sólida cuando llegó, sin su familia, sin su trabajo... Se sintió insegura porque no se veía protegida. A raíz de empezar con nosotros y a participar en la formación comenzó a sentirse parte de un grupo y se mostró participativa, se integró y se animó mucho. Yolanda ha ido ganando en seguridad y ha conseguido trabajar en temas educativos dando clases. No tiene nada que ver como está ahora a como ella se sentía hace unos meses», explica detalladamente a este periódico el director de la Asociación Dyar, David Azuaga.

El programa en el que Yolanda ha vuelto a sentirse como en casa es 'Pirámide', que trabaja por la inclusión sociolaboral integral de los migrantes ofreciendo atención al completo en captación digital, formación, lingüística, inclusión y red de apoyo para la conciliación familiar. Este proyecto, además, es uno de los seleccionados para la gran cita solidaria de cada año, el festival Soles de Málaga que organiza Fundación El Pimpi con la colaboración y apoyo de Fundación 'la Caixa'.

«Ellos me han dado la oportunidad de estar y hacer algo en mi día a día. No vivo muy cerca de la asociación, pero desde que los conozco voy una vez a la semana», relata Yolanda. Pero saber de la Asociación Dyar no sólo ha sido un impulso para ella, también para sus hijos, de 9 y 14 años. Tras terminar la formación, Yolanda decidió hacerse voluntaria de la asociación y su hija pequeña quiso unirse a la labor con ella. «Tiene amigos del colegio, pero a ella le gusta venir conmigo y estar con los otros chicos», concreta.

Cuando piensa en su paso por Dyar agradece a todo el equipo el apoyo, pero en concreto a Isaac Bustos, uno de los coordinadores de la entidad. «Estuve a punto de dejarlo porque he vivido situaciones difíciles, pero él me animó cuando estaba a punto de caer. Con la Dana lo pasé muy mal porque afectó mucho a la zona donde vivo y casi que no podía salir de casa... Estaba muy deprimida y sus palabras me ayudaron mucho», valora Yolanda la labor de este profesional de la asociación.

Justo este 2025, Dyar cumple diez años trabajando por los más vulnerables. La asociación nació a raíz de la necesidad de combatir la soledad en personas mayores y al final ha evolucionado abarcando a todas las edades. «La idea es que todas las generaciones interactúen y se nutran entre ellas en cada una de nuestras acciones. Trabajamos con cada grupo aquellas necesidades específicas, pero siempre incorporamos la perspectiva intergeneracional», detalla el director, David Azuaga. De hecho, cuenta como las personas mayores se involucran y forman parte del acompañamiento y desarrollo de los usuarios, sobre todo de los más pequeños. «Ellos los sienten como parte de su familia», asegura el director de la Asociación Dyar.