La Gran Movida: El concurso del verano

Ellos fueron, y así es justo reconocérselo, quienes pusieron las bases de un evento que ya tiene más que entidad propia y, a pesar de los devaneos sufridos en algunas épocas, ha conseguido llegar a su séptima edición oficial en olor y loor de multitudes, sin que importe mucho quienes son al final, los vencedores. Por una vez, y sin que sirva de precedente, es justo aplicarles la máxima del Barón de Coubertain de que «lo importante no es ganar, sino participar».

Los equipos organizadores, cosa lógica, son otros, y las ideas también otras aunque, en el fondo se respete el sentido de aquel proyecto ilusionante. Mucho tiene que ver, y también que decir, el viceconsejero de Juventud, Jesús García, que ha conseguido el que esta aventura juvenil se haya convertido en todo un referente para propios y extraños. Hay incluso quien apunta que debiera retrasarse al mes de agosto con el fin de posibilitar el que formen parte de los equipos participantes muchos melillenses que en estas fechas vienen de vacaciones a su patria chica.

Hasta tanto ha llegado el éxito participativo de esta edición que desde Juventud se plantean el premiar a todos los grupos, ya que en ningún momento debe olvidarse que nada tendría razón de ser sin el concurso pleno de quienes están dispuestos a entregarse a la causa o, lo que es lo mismo, a responder de forma masiva a la llamada que cada año, por estas fechas, se les hace.

La más jocosa, abierta, juvenil y espontánea de cuantas actividades estivales se programan en nuestra ciudad, consiguió, cual Ave Fénix, resurgir hace unos años, afortunadamente, de su cenizas. De ahí que, una vez más, y van... debamos recibir, con los brazos bien abiertos, a quienes hacen posible celebrar anualmente la Gran Movida, el concurso de los concursos.