La noche de Dry Martina

'Memoria de pez', uno de los temas incluidos en el primer larga duración de la banda malagueña (que vendían en la entrada por diez euros), rompía el hielo. Uno por uno fueron sonando los cortes del álbum, pero en nuevas versiones para el directo. Incorporaron piano en algunas de las canciones, y en otras añadieron potencia a la sección de metal con el grupo Town Bones.

Así lo hicieron, por ejemplo, en 'Musarañas', donde además los músicos tomaron el protagonismo en la parte final... para permitir un cambio de ropa de Laura Insausti (y haría otro más adelante). «¡Guapa!», le gritaban desde el público una y otra vez. Ella empezó con algo de timidez, hablando poco... pero acabó haciendo suyo el escenario del teatro Cervantes y metiéndose al público en el bolsillo.

Era una velada entre amigos. En 'Momento perfecto' se incorporó Suzette Moncrief, la actual voz de la Free Soul Band, grupo que levantaron Rafa y Laura Insausti y donde el guitarrista continúa. Las dos mujeres se marcaron un dúo en la versión de 'Mambo italiano'. No fue la única canción recuperada del repertorio de clásicos: también se escuchó 'Gigoló'. Con otro colega, el músico Francis Barba -«con quien yo me perdía horas y horas...», bromeó Rafa Insausti-, interpretaron la canción 'Woody' «en plan aloha», con collares hawaianos incluidos.

Son músicos experimentados, con muchas horas de directo a sus espaldas y eso se nota. Rafa Insausti a la guitarra, Gerard Mases 'Lere' al contrabajo -de dos rombos, como tiene dibujado en el instrumento-, Javier Forero a la batería y Jaime Fernández al frente de la sección de metales hacen un buen equipo. Suenan muy bien, son compañeros y cómplices.

Emotivo

Como Laura y Rafa Insausti, hermanos y cómplices. Juntos regalaron uno de los momentos más emotivos de la noche, cuando ella al micrófono y él al ukelele interpretaron el tema 'Siempre me dijo mamá', sobre la infancia y la ayuda siempre incondicional de una madre, la suya. De fondo, proyectaron imágenes de su niñez rescatadas del baúl de los recuerdos. Y con un abrazo sellaron el tema.

'Pierdo los papeles', 'En busca del sonido', 'Saltarnos el guión', 'He perdido el swing'... y alguno más sonó en el Cervantes en un conseguido directo de dos horas de duración. El público empezó la noche sentado en sus butacas y acompañando a la banda con palmas. Pero no aguantó mucho así. A la mitad se levantó y siguió hasta el final en pie, moviendo el esqueleto a ritmo de swing. Tan bien se lo pasaban que no les dejaron abandonar el escenario tan fácilmente. La banda malagueña cedió con los bises y, para quien se quedara con ganas de más, invitó a la salida a unos gin-tonic, «que el Martini ya pasó». En todo caso, pidan un Dry Martina.