Un anciano mata a otro de un disparo en el centro de Torremolinos

Faltaban unos minutos para las siete de la tarde de ayer. La víctima, un hombre de 79 años -mañana hubiese sido su cumpleaños-, se encontraba sentada en un banco de la plaza Costa del Sol, justo enfrente de las galerías comerciales Entreplazas. El anciano estaba solo, de cara a la avenida; no vio al agresor, que al parecer llegó por su espalda y, sin mediar palabra, le descerrajó un disparo en la nuca.

El estruendo provocó una desbandada general. En los locales cercanos, como la cafetería Comodoro, confundieron el sonido con el de un petardo. Los gritos de la gente les sacaron de su error. «Un tiro, un tiro», chillaban en la calle. «Yo tenía muy claro que había sido un disparo por el ruido tan fuerte», comenta la dependienta de un quiosco de prensa situado a escasos diez metros del banco donde yacía el cadáver. La mujer salió por la puerta de atrás y vio el cuerpo de la víctima. Acto seguido, observó a un hombre mayor, fuerte y grueso, con la escopeta en una mano y una bolsa negra de asas en la otra. Vestía una camisa de cuadros y llevaba una gorra. «Me puse a chillar y me metí en el quiosco, intentando llamar por teléfono». En ese momento, relata, el anciano armado pasó por delante de ella. «Se me quedó mirando fijamente», afirma.

Lo siguiente que escuchó fueron los gritos e insultos de varias personas que comenzaron a seguir al sospechoso calle abajo. «Fuimos detrás de él por el pasaje de Pizarro hasta llegar a la plaza de Andalucía», cuenta uno de los ciudadanos que colaboró en su detención. «No corrió en ningún momento, tal vez por su edad», añade otro. Un policía local que estaba en la zona llegó hasta ellos. Según testigos, el agente le arrebató la bolsa para desarmarlo -dentro llevaba la escopeta- mientras uno de estos hombres lo empujaba contra la pared para reducirlo.

Cambio de ropa

El anciano, de 80 años, natural de la provincia de Cádiz y con antecedentes policiales por homicidio, fue detenido como presunto autor del crimen. En una calle cercana, los policías encontraron otra bolsa que el sospechoso supuestamente tiró por el camino, y que contenía una gorra, una camisa verde y un pantalón marrón. Los investigadores creen que había planeado cambiarse tras el suceso, según fuentes cercanas al caso.

Cinco minutos después del arresto, la plaza Costa del Sol ya había sido tomada por la Policía Nacional, que estableció un perímetro de seguridad que se extendió incluso a los pisos superiores de la galería comercial, dado el gran número de curiosos que se congregaron en la zona. Los agentes tuvieron incluso que colocar grandes lonas en torno al escenario del suceso para que se pudiera proceder al levantamiento del cadáver, que acabó pasadas las 20 horas.