Un jurado declara inocentes a los acusados del 'crimen de Añoreta'

El veredicto del jurado deja sin resolver un caso rocambolesco. La víctima fue tiroteada el 15 de noviembre de 2004 cuando se encontraba trabajando como vigilante nocturno en una urbanización de Añoreta (Rincón de la Victoria). El fallecido tenía antecedentes penales y muchas enemistades, por lo que desde un principio se barajó el ajuste de cuentas como móvil de asesinato.

La Guardia Civil se hizo cargo de la investigación y poco después detuvo al presunto autor de los disparos, un delincuente conocido por el apodo del 'ladrón fantasma' porque robaba en los aparcamientos cubierto con una sábana para no ser identificado por las cámaras de seguridad. Sin embargo, un mes antes ser juzgado por el asesinato, el caso da un giro espectacular cuando los agentes del Instituto Armado arrestaron al abogado que iba a representar a la viuda de la víctima en la vista oral. El letrado era sospechoso de haber encargado el crimen al 'ladrón fantasma', que habría aceptado a cambio de 6.000 euros. El abogado siempre se declaró inocente. El juicio fue suspendido para que continuara la investigación, que deparó todavía más sorpresas con la imputación de otros dos hombres por participar también como inductores en el asesinato del vigilante, ya que supuestamente tenían rencillas con la víctima.

La semana pasada, siete años después del crimen, los cuatro hombres se sentaban en el banquillo de los acusados para ser juzgados por un jurado: uno de ellos como autor material de crimen y los otros tres, entre ellos el abogado, como inductores.

Nada más iniciarse la vista, los letrados defensores explicaron al jurado que el caso fue llevado a juicio sin que la Guardia Civil hubiera agotado la investigación. En concreto, se refirieron a que no se realizaron las oportunas averiguaciones sobre las llamadas que recibió la víctima poco antes de ser asesinada, a que se tomo declaración a unos testigos, ni se acabó de investigar a unas personas de nacionalidad británica que fueron detenidas inmediatamente después del crimen. Además, la defensora del 'ladrón fantasma', la letrada, Cecilia Pérez Raya, destacó que los restos biológicos hallados en el lugar el crimen no pertenecían a su defendido.

Los miembros del jurado consideraron que el acusado como autor material ni siquiera estuvo en el lugar de los hechos y que no ha quedado acreditado que el resto de los procesados le pagaran para 'eliminar' a la víctima.