Chispi eleva el nivel y deslumbra a Ortega

En su periplo por diferentes equipos de categorías inferiores pocas veces pensó que un día sería de los jugadores más destacados del país. A menudo cuenta, en tono de broma -no le queda otro remedio-, que la mala suerte le persigue allá donde va en materia de dinero. No en vano, en casi todos los equipos por los que ha pasado ha tenido problemas económicos.

Un día, cuando destacaba sobremanera en Palma del Río, decidió emprender la mayor de sus locuras. Se fue a mitad de temporada al Almería, de la Liga Asobal, aun sabiendo que allí iba a cobrar poco o nada. Es lo que hacen los valientes. Y los valientes suelen ganar.

Adaptación

Ese escaparate le sirvió para que Ortega se fijara en él y se lo trajera a Antequera. Tras un año de adaptación, este verano se está saliendo. Sus actuaciones en los encuentros de pretemporada han sido para enmarcar: 42 goles en seis partidos, jugándose las últimas posesiones, defendiendo en el centro y alternando el lateral con el extremo. Sencillamente brillante. Tanto que hasta Ortega decía en días pasados: «Me preocupa el estado de Chispi. No es normal que un jugador tenga este rendimientos a estas alturas».

Él se sabe importante. Sobre todo ante las bajas de compañeros como Rafa Baena, Curkovic y, sobre todo, Chelu Cid, con el que comparte posición. Pero mantiene su discurso humilde: «Estoy a disposición del equipo para lo que me necesite. Me encuentro magnífico físicamente y estoy ahí para lo que el técnico quiera de mí».

El sevillano está trazando una trayectoria descaradamente ascendente en los últimos años. «Cogí mucha confianza al final del año pasado y con lo de ir a la selección uno piensa: '¡A lo mejor es que soy bueno..!'», bromea. «Hay que dar un paso adelante, asumir responsabilidad y ponerla a disposición del equipo», asegura tajante.

El domingo afrontará el debut en la Liga y la empresa será más que difícil. Visita en el Quijote Arena al Ciudad Real y allí hay muchos 'Chispis'.