Éxito de Gómez Martínez

Versión intensa de la conocida 'Sinfonía Renana' de Robert Schumann llevada por Gómez Martínez con mucha seguridad, como todo el programa. Resuelta con gusto y subrayando el carácter programático-romántico de la misma, logró una traducción convincente salvo leve titubeo en algún arranque, buen sentido de los pasajes líricos y transmitiendo emoción con uno de los momentos más felices en las intervenciones de los metales en el cuarto movimiento.

Si la 'Suite Iberia' de Isaac Albéniz obtiene la nota más alta en el piano español del siglo XX -música española y virtuosismo- sus orquestaciones van a poner en nuestros oídos sobre todo un enorme despliegue de riqueza tímbrica servida por la gran instrumentación a que obliga lo sobrecargado del original pianístico. Tal vez el ritmo puede resultar más rígido o los rubatos más difíciles de lograr, un reto con el que el director se encuentra cuando expone el trabajo de Fernando Arbós, tan unido a esos pentagramas en 'Evocación', 'El Puerto', 'Triana', 'Corpus Christi en Sevilla' y 'El Albaicín' que escuchamos.

La Orquesta Filarmónica de Málaga respondió bien al mando y criterio de Gómez Martínez, no exento de personalidad sin dejarse llevar por puntuales referencias e imprimiendo el adecuado sentido rítmico a los cinco números de la selección, acogidos con aplausos a su término, si bien el director obvió los saludos. Pero lo que venía detrás no era 'Iberia', aunque hubiera debido parte de la suite, era 'Navarra' con su carga emocional y logrados contrastes. Éxito, más aplausos y general contento.