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Los Keane, en 1965, con algunos de los cuadros que ella pintaba. :: Bill Ray/Time & Life Pictures/Getty Images

Ojos grandes, cara dura

Durante una década, los popularísimos cuadros de Margaret Keane se los atribuyó su marido. Tim Burton cuenta ahora su historia en una película

carlos benito

Domingo, 2 de noviembre 2014, 01:04

Margaret Keane pintó el cuadro más importante de su carrera en 1986, en un entorno que en principio parecía poco propicio al arte: un juzgado ... de Honolulu. El tribunal tenía que decidir quién era el autor de los popularísimos óleos firmados simplemente como Keane y atribuidos desde siempre al exmarido de Margaret, un vividor presuntuoso llamado Walter. Determinaron que la manera más segura de dirimir la delicada cuestión era plantar dos caballetes en la sala e invitar a ambas partes a demostrar su buena mano. A Margaret le bastaron 53 minutos para completar una de sus inconfundibles creaciones: un niño con unos ojos desmesurados, en los que resultaba inevitable adivinar una tristeza honda y remansada. Walter se escabulló diciendo que una lesión en el hombro le impedía manejar los pinceles.

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