El Ayuntamiento ordena a una productora que cese el rodaje de Super Shore en un chalé de Marbella

La vivienda, situada en una de las zonas residenciales más cotizadas de Marbella, viene siendo utilizada como estudio de grabación desde el inicio del verano y provocando grandes molestias a los vecinos, que habían presentado ya dos denuncias, situación recogida por este periódico el pasado domingo.

El Ayuntamiento ya había advertido a la productora de que no contaba con autorización para rodar en la vía pública y ahora, tras una reunión celebrada el pasado viernes entre los representantes de la comunidad de vecinos y el concejal de Industria, Javier Porcuna, ha dictado un decreto en el que advierte de que tampoco puede hacerlo en el interior de la vivienda.

La resolución, a la que ha tenido acceso SUR, se basa en que la productora carece de licencia para desarrollar una actividad económica en la vivienda, cuyo fin es exclusivamente residencial, y se ha dictado tras un escrito presentado por los vecinos en el que se denunciaban las molestias ocasionadas por los ruidos y después de que la Policía Local realizara una inspección y comprobara que la villa estaba siendo utilizada como estudio de grabación.

Suspensión inmediata

El decreto ordena la suspensión inmediata de la actividad y advierte de que en caso de que la orden sea desatendida podrá disponerse la retirada y el depósito de la maquinaria y los materiales utilizados para la grabación. Señala también de que el incumplimiento de la orden podrá dar lugar al inicio de expedientes disciplinacior y sancionadores, así como a la interposición de una denuncia por el delito de desobediencia. El decreto ya ha sido comunicado a la productora.

El reality Marbella Super Shore es la versión en español de una serie británica emitida con éxito por la cadena MTV y ya ha pasado por distintos destinos turísticos del mundo con un formato idéntico. Se trata de un grupo de participantes jóvenes que conviven en una casa donde comparten juergas, borracheras y sexo. Los problemas de convivencia entre los participantes, que son registrados por las cámaras, conforman la parte esencial del guión.

La casa cuyos vecinos presentaron la denuncia fue alquilada por la productora y convertida posteriormente en estudio con profusión de cables y focos, un generador eléctrico alimentado por combustible diésel y hasta baños químicos en el jardín, según aseguran los denunciantes.