Una pista de oro
El dueño de la tienda donde el misterioso pintor compró el material dice que es «un artista»
Eugenio Cabezas
Miércoles, 1 de abril 2015, 01:13
«Compró de una sola vez los seis botes de color dorado hace unas tres semanas. Como es un color que no tiene habitualmente mucha ... salida en el mundo de los grafiteros, le pregunté que para qué era. Me dijo que estaba desarrollando un proyecto artístico sobre la descontextualización de los objetos urbanos cotidianos». Con estas palabras explicó ayer a SUR Manuel Criado, dueño de la tienda The Place, situada en la calle Córdoba, en el Soho malagueño, las razones que le expuso el misterioso pintor dorado, el responsable de haber transformado a este color una decena de elementos, entre papeleras, fuentes, bancos y contenedores, en la capital y en Rincón de la Victoria.
Aunque no conoce personalmente a este joven, sí le suena que hubiese comprado con anterioridad en su establecimiento, en el que también vende otros productos relacionados con el skate y la música, además de ser una galería de arte y peluquería. «Un espacio multidisciplinar», explicó Criado, quien dijo entender que el joven, que tendrá unos veintipocos años, no quiera dar la cara «por temor» a ser sancionado por los ayuntamientos del ambas localidades, Málaga y Rincón de la Victoria.
«Me acuerdo de que me quedé con esa palabra de la descontextualización de los objetos urbanos. Él entiende que asignándoles el valor del oro, la gente se vuelve a fijar en ellos y los ve de otra manera», argumentó el empresario malagueño, de 36 años. «Puede gustar o no, pero lo cierto es que en Málaga hay una gran cantidad de gente joven haciendo arte urbano, no pintadas, sino proyectos de intervención en las calles, y que tienen muy difícil darse a conocer».
Aunque sin llegar al nivel del famoso grafitero británico Bansky, lo cierto es que el misterioso pintor dorado de Málaga parece estar emulando sus pasos, con acciones muy llamativas que han despertado el interés de los medios y han generado un gran revuelo en las redes sociales, con miles de comentarios a favor y en contra. Al mismo tiempo, las autoridades siguen tratando de dar con la identidad del autor de estas acciones, todavía sin ningún éxito.
«Un color que gusta»
El alcalde rinconero, Francisco Salado (PP), en un intento por hacerle recapacitar, hizo el pasado lunes un llamamiento público al joven para que diese la cara y presentase un proyecto en el Ayuntamiento, «porque las cosas no se pueden hacer de esta manera, sin permiso, ya que el mobiliario urbano es propiedad de todos, y es el Ayuntamiento el que decide de qué color se pinta». «De entrada no vamos a sancionarlo. No nos parece mal cómo está quedando. Al menos ha elegido un color que gusta a los vecinos y no se ha decantado por el rosa chillón o por el amarillo fosforescente, o por otras prácticas como pintar todo el pueblo de negro», dijo Salado.
El regidor rinconero apuntó que debe tratarse de un artista y no de una gamberrada, «porque lo hace muy bien, la pintura no tiene ningún grumo ni ningún desperfecto y además no mancha los alrededores». Sin embargo, Salado insistió en que este tipo de acciones están prohibidas, por lo que invitó de nuevo al pintor «a parar o bien a salir de su anonimato», matizó. De encontrarlo, estaría dispuesto incluso a contar con él para decorar el municipio; eso sí, «de manera altruista», agregó.
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