«No creo que podamos recuperar el coche»

Según las primeras estimaciones, unos 25 vehículos han resultado gravemente afectados por el agua, que entró con gran virulencia por las dos rampas de acceso que hay en la Alameda Principal. El destrozo ha sido tan grande que el agua llegaba a la altura de los capós. Y así lo corroboraron los propios empleados del recinto. «Tenemos seis válvulas funcionando para estos casos, pero al final se ha inundado más que con la anterior tromba», dijeron. «Mi compañero del turno de noche me enseñó vídeos del agua entrando por las puertas y metiéndose incluso en la caseta donde trabajamos», añadió.

Los daños afectaron fundamentalmente a personas que venían de turismo. También lo sufrieron dos parejas de amigos que vinieron de celebración desde Granada. «Hemos venido para vivir los carnavales y al llegar nos hemos encontrado con esto. Es una pena porque el coche estaba prácticamente nuevo, como mucho tendría un par de años», resumían.

El gerente de la Sociedad Municipal de Aparcamientos (Smassa), Raúl López, no supo precisar cuándo se volvería a abrir el aparcamiento y recordó que los bomberos estuvieron toda la jornada achicando agua con dos bombas. No obstante, tranquilizó a los conductores al afirmar que el aparcamiento dispone de un seguro al que se pasarán todos los daños.

Durante la jornada de ayer sólo pudieron retirar sus vehículos las personas que habían estacionado en la parte más próxima a la entrada y en donde el agua apenas superó varios centímetros de altura. Fue el caso de una turista de Cádiz, que aparcó en una de las zonas menos afectadas. «Mi marido ha venido a primera hora de la mañana con bolsas en los pies para ver cómo estaba el coche», explicaba. «Al final ha arrancado bien, aunque también le ha entrado agua al interior y ahora hay que achicarla», confesó antes de marcharse.

En el resto de estacionamientos de la ciudad no se produjeron tantas incidencias. El más afectado fue el del Muelle, que se vio obligado a cerrar durante varias horas tras anegarse por completo una de las plantas, aunque no se sufrieron daños materiales. En el resto apenas hubo balsas de agua y cortes eléctricos.

En el resto del Centro, el agua afectó a la Catedral, en donde volvieron a producirse goteras como el pasado 4 de diciembre. El agua se acumuló en la nave sur del templo, junto a la puerta de la calle Postigo de los Abades, y junto a la puerta de la fachada principal, frente a la capilla de San Sebastián. Además, debido a los numerosos rayos, el reloj se paró a las seis menos cinco de la mañana, por lo que requerirá una reparación.

También se registraron daños en el entorno de la calle Victoria, en donde el agua corrió como un río por el desbordamiento de un arroyo.