Tévez, el 'galáctico' de la Juventus

Tévez ha logrado incluso volver a hacerse un hueco en los planes de la selección argentina. El Apache está en una segunda juventud, demostrando día a día su capacidad para desbloquear los partidos más difíciles e incluso marcando de cabeza desde su modesta altura de 1,73 metros, como el miércoles ante la Fiorentina. El timing por encima de la altura, como buen animal de área.

Tévez se ha convertido en una pieza esencial en el esquema de la Juventus, sobre todo en ausencia de la otra gran figura del grupo, el francés Paul Pogba, lesionado en el muslo derecho y baja para la ida ida. Es duda para el choque de vuelta y su entrenador ya ha dicho que tratará de recuperarlo para ese duelo decisivo del Santiago Bernabeu. El técnico Massimiliano Allegri sabe bien la importancia que tiene Tévez en su equipo y en los últimos días le ha reservado un programa de entrenamiento especial.

Tévez ha demostrado su liderazgo también en los momentos en los que el otro hombre de arriba, Álvaro Morata, ha estado más perdido. El joven exmadridista (22 años) no ha marcado desde el 14 de marzo en Palermo, lo que ha hecho que Allegri pensara cada vez más en el riojano Fernando Llorente, que ya consiguió un doblete ante el Real Madrid en la fase de grupos de la pasada Champions (2-2 en Turín).

El argentino se ha convertido en un líder también dentro del equipo. «Cuando habla en el vestuario, todos le escuchan con un silencio religioso», asegura Morata. La fuerte personalidad de Tévez se empezó a forjar en su barrio popular de Buenos Aires, Fuerte Apache. En su día fue la primera estrella propiedad de un fondo de inversión, la MSI del polémico Kia Joorabchian, que lo vendió al Corinthians brasileño, donde firmó 31 dianas en 2005.

Tévez pasó luego a Inglaterra, al West Ham en 2006, donde llegó con su compatriota Javier Mascherano, otro hombre de MSI. Era un club modesto que pronto se le quedó pequeño y de allí dio el salto al Manchester United, con el que ganó la Liga de Campeones en 2008. Después llegó la etapa del Manchester City, agridulce y marcada por un enfrentamiento con el entrenador Roberto Mancini, que le tuvo seis meses en el banquillo en la 2011-2012.

Cual ave fénix, Carlitos supo renacer de sus cenizas y volver a ser una estrella brillante en Turín. «Hasta ahora ha sido un año fantástico, ahora hay que terminarlo a lo grande. Estoy contento cuando juego, pero todavía más cuando gano», afirmó estos días a la cadena ESPN. Con el título italiano ya asegurado desde el sábado, Europa y la Champions son ya la gran obsesión de una Juventus que, este año sí, aspira a lo máximo.