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Alberto Rodriguez posa con el 'cabezón'.
«Estamos obligados a resistir. Queremos resistir»

«Estamos obligados a resistir. Queremos resistir»

Alberto Rodríguez, el gran triunfador en los Goya con ‘La isla mínima’, espera que el cine español mantenga esta relación recuperada con el espectador

Rosario González

Domingo, 8 de febrero 2015, 08:05

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Alberto Rodríguez es incapaz de saber cuántos gracias ha dicho desde que lleva a su hermoso Goya entre sus brazos. Guapo y pesado y, en el caso del realizador sevillano, pesa el doble. Se lleva dos: mejor director y guionista. Es la primera que consigue el máximo galardón del cine español. En total, La isla mínima se lleva diez premios, la tercer mejor marca del cine nacional que comparte con Blancanieves. Precisamente la película de Pablo Berger es la le privó hace dos años de que Grupo 7 consiguiera solo dos premios de 16 candidaturas. No era una espinita sino una cosa de no confiarse porque nos había pasado antes y habíamos ganado muy poco", esgrime el director.

Ahora, no para de sonreir por su victoria, aunque desconoce el motivo de por qué esta película ha triunfado -Muchas veces me lo he preguntado, confiesa- y sus cinco anteriores no tuvieron tanta suerte. Eso sí, tiene muy claro cuándo comenzó a notar que esta cinta iba a ser especial: en el Festival de San Sebastián. El momento en el que entré en la sala del Kursaal. Yo me salgo en las proyecciones. Cuando llega el día del estreno me pongo muy nervioso y a los dos minutos me voy. Estuve en una sala aparte y cuando faltaban diez minutos entre de nuevo. Y cuando vi a todas las cabecitas murando, dije: Creo que esta película va a funcionar, confiesa Rodríguez.

Y allí comenzaron a caer los premios -Concha de Plata paraJavier Gutiérrez-, después vinieron los Forqué, los premios Feroz y el cariño del público. Porque lo más importante de este año para el cine español es la reconciliación con el público. No me voy a las cifras, sino a lo que piensa el ciudadano de a pie. Y es lo más importante y lo más interesante. La cultura tiene que dejar de ser un arma arrojadiza entre la derecha y la izquierda. Tiene que ser una cosa establecida. Empezar a ser una cosa de Estado y dejarnos de tonterías, asevera el realizador andaluz. La primera protesta ha sido la del número musical y creo que señala cómo está el cine español. Estamos obligados a resistir. Queremos resistir, matiza.

Además, para el director de La isla mínima lo único que faltaba para la industria cinematográfica española es recuperar ese cariño con sus espectadores porque los profesionales ya habían dado un paso, mostrando unos géneros que antes no se veían, mucho más distinto. En el año de Blancanieves, estaba La artista y la modelo, Lo imposible y Grupo 7. Había un universo muy diverso. Lo que nos faltaba era conectar. Y espero que este año haya sido el primer escarceo. Ahora solo falta saber si la cosa se concreta, remata el triunfador de la 29ª edición de los premios Goya.

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