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Eduardo Mendoza, en el Instituto Cervantes de Londres.
Mendoza: «Es un final de trayecto feliz»

Mendoza: «Es un final de trayecto feliz»

"Este premio cierra un ciclo... Es un premio que viene a decir que la cosa al final ha salido bien", afirma el escritor desde Londres

COLPISA / AFP

Miércoles, 30 de noviembre 2016, 18:33

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El escritor español Eduardo Mendoza, galardonado este miércoles con el premio de literatura Miguel de Cervantes, considera que la distinción "cierra un ciclo", sin querer verlo como "una despedida dramática". "Lo considero un poco el final de un trayecto, no una despedida dramática", afirma el veterano autor en una rueda de prensa en Londres, pocas horas después de saberse premiado con el considerado como Nobel de las letras hispanas.

Mendoza, que vive a caballo entre Londres y Barcelona, ha explicado que se había enterado del premio en plena calle al recibir la llamada de un número desconocido. "Me he llevado un susto. Me he dicho 'madre mía, qué apuro, y no está Carmen Balcells", ha dicho en referencia a su agente literaria, consejera y amiga fallecida hace poco más de un año.

Autor de 15 novelas, dos libros de relatos, y varios ensayos y piezas teatrales, ha ganado entre otros el Premio de la Crítica por 'La verdad sobre el caso Savolta' y el Planeta por la novela 'Riña de gatos. Madrid 1936', aunque repasando su carrera, ha tenido palabras para uno de los libros que "más puertas" le ha abierto: "'Sin noticias de Gurb' me convirtió en un escritor de humor, leído por niños, adolescentes y otra gente de mal vivir, y me abrió muchas puertas. Es difícil, para bien o mal, encontrarse a alguien que no conozca el libro en España".

Por ello, ha querido reivindicar el humor en la gran literatura: "El humor ha estado hasta ahora poco valorado. Siempre se ha pensado que la novela, para ser buena tenía que ser dramática, y era inútil recordar que El Quijote, el Lazarillo de Tormes, las obras de Quevedo o en las de Dickens, hay humor".

Para el jurado del Cervantes, "Eduardo Mendoza, en la estela de la mejor tradición cervantina, posee una lengua literaria llena de sutilezas e ironía, algo que el gran público y la crítica siempre supieron reconocer, además de su extraordinaria proyección internacional".

Reconocido dentro y fuera de España, el escritor de 73 años cree que este tipo de premios sirven para "hacer balance": "Llega un momento en que por razones biológicas, y personales, uno ha de pensar en retirarse. Quizás tendría que hacerlo, ahora que he ganado la Champions", bromea.

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