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Si vas al Museo de Málaga, no te pierdas estas obras

Si vas al Museo de Málaga, no te pierdas estas obras

Entre las 2.700 obras expuestas en la Aduana hay joyas que merecen una visita detenida

Antonio Javier López

Miércoles, 7 de diciembre 2016, 23:50

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Todo en el Museo de Málaga parece monumental. El propio palacio de la Aduana, el edificio más imponente de la capital. La cronología de sus colecciones, desde la Prehistoria hasta los años 80 del siglo pasado. Los propios fondos de Arqueología y Bellas Artes, con más de 17.000 piezas en su catálogo general. De ellas, están expuestas unas 2.700. La cifra sigue siendo más que considerable. Así que ahí van unas recomendaciones básicas para no perderse lo esencial.

PLANTA BAJA: 'La Dama de la Aduana'. Anónima. Siglo II. Escultura en mármol.

Será la primera en recibir a los visitantes. Esta gran escultura de mármol fue descubierta a finales del siglo XVIII durante los trabajos de construcción del palacio de la Aduana. Al excavar las fosas para colocar los cimientos se descubrieron numerosas inscripciones y estatuas romanas. Entre esos hallazgos estaba esta representación femenina que viste la túnica y el manto de tradición griega clásica.

Almacén visitable. Restos arqueológicos, enseres y mobiliario

El Museo de la Aduana exhibe en sus salas el 15,8% de sus fondos. Parte de las obras que no forman parte de la colección permanente pueden verse en esta zona de la planta baja. Maquetas para la construcción de la Catedral de Málaga, el hipogeo fenicio hallado en la calle Mármoles, una vajilla decorada por Manuel Barbadillo y algunas de las piezas arqueológicas atesoradas por el Marqués de Salamanca figuran entre las curiosidades de este apartado.

PRIMERA PLANTA (BELLAS ARTES): 'Dolorosa'. Pedro de Mena. Hacia 1676-1680. Madera policromada.

Una de las obras más destacadas del escultor del Barroco. Las Dolorosas constituyen uno de los asuntos cruciales de su producción, donde domina la temática religiosa. Esta Virgen Dolorosa, representada de medio cuerpo, aparece con semblante de dolor, utilizando para lograrlo policromías bruñidas muy claras que intensifican la sensación de sufrimiento, conmoviendo al fiel que la contempla e incitándole a la piedad y la oración, detallan desde el museo.

'Los de Igueriben mueren...'. Antonio Muñoz Degrain. 1924. Óleo sobre lienzo.

De más de tres metros de alto por dos de ancho, el lienzo de Muñoz Degrain representa un episodio de la Guerra de Marruecos sucedido en 1921: tras cinco días de asedio de los rifeños en el monte Igueriben donde resistían las tropas españolas, se ordenó al comandante Benítez la retirada del destacamento que dirigía a lo que, según las crónicas, el militar respondió: "Los de Igueriben mueren pero no se rinden". Ese es justo el momento elegido por Muñoz Degrain para titular su obra. El comandante Benítez yace en diagonal cubierto por la bandera española..

'¡... Y tenía corazón!' / 'Anatomía del corazón'. Enrique Simonet y Lombardo. 1890. Óleo sobre lienzo.

El gran icono del Museo de Málaga. El cuadro representa el momento en el que un forense extrae el corazón durante la autopsia a una joven fallecida. La maestría en el empleo del claroscuro, el rigor anatómico y el uso de las perspectiva destacan en esta obra. A modo de detalle, el bodegón que forman las botellas de formol de distintos colores rompe la monotonía cromática del lienzo. Pero si hay algo por lo que destaca esta obra es por los contrastes lumínicos de luces y sombras. Se trata en suma de uno de los cuadros más interesantes de este artista, y uno de los más valorados en las colecciones del Museo de Málaga, destacan desde la institución.

'El milagro de Santa Casilda'. José Nogales. 1892. Óleo sobre lienzo.

Comprado en un anticuario de Oviedo y restaurado en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, representa la obra cumbre de José Nogales. La obra muestra el momento en el que los panes que Santa Casilda llevaba a los presos se convierten en flores, evitando así las represalias de su padre, el rey musulmán de Toledo Al-Mamún. Nogales presentó la obra en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Madrid y recibió el Premio de Primera Clase al mérito en la sección de Pintura. Nunca otra obra suya obtuvo una distinción similar.

'Cabeza de mosquetero'. Pablo Ruiz Picasso. 1968. Óleo sobre tabla.

También Picasso está representado en el Museo de la Aduana. Esta pintura sobre tabla se expuso entre el 27 de abril y el 19 de octubre de 2012 en el Museo Picasso Málaga. La obra forma parte de las reinterpretaciones que Picasso realizó de obras y autores del Barroco y enlaza con sus versiones de 'Las Meninas' de Velázquez. La forma trapezoidal de la lámina de contrachapado sobre la que pinta Picasso hace pensar que el artista pudo, como en otras ocasiones, reciclar elementos de su mobiliario para realizar la obra.

'Kanexa'. Manuel Barbadillo. 1968-1978. Acrílico sobre lienzo.

Las características composiciones modulares de Manuel Barbadillo destacan en la sala del museo dedicada a los autores de la llamada 'Generación del 50'. Adquirida en 2005 (dos años después de la muerte del artista en Málaga), 'Kanexa' ilustra el afán investigador de Barbadillo, que partiendo de la abstracción geométrica fue uno de los primeros artistas en indagar las posibilidades creativas de las aplicaciones informáticas.

SEGUNDA PLANTA: Las matronas sedentes. Siglo II. Mármol de Mijas. Colección Loringiana.

Quizá el conjunto arqueológico más impresionante del museo. Recibe al visitante en el acceso a la segunda planta desde las escaleras interiores del palacio de la Aduana y ofrece un singular conjunto de esculturas monumentales elaboradas con mármol de Mijas en el siglo II d. C. Dos de las esculturas representan a las diosas Ceres y Juno.

Necrópolis de Chorreras. Enterramiento y ajuar funerario. Siglo VIII a. C.

La zona de Vélez-Málaga, Torrox, Algarrobo y Mezquitilla ofrece uno de los enclaves de mayor concentración de yacimientos fenicios del Mediterráneo occidental. Esta necrópolis ofrece la singularidad de conservar elementos del ajuar funerario como un recipiente de piedra, con una urna de alabastro en su interior donde estaban depositados los restos humanos. La urna estaba cerrada con una piedra, sellada con plomo fundido.

Tumba del Guerrero. Siglo VI a. C.

Estamos ante el primer enterramiento de la Península Ibérica donde se ha encontrado un individuo con el ajuar y la indumentaria de un guerrero griego. Entre esos elementos destaca un caso decorado, un fragmento de un escudo, un anillo de oro con el motivo de Sekmet (diosa de la guerra) y una lanza. Además de estos objetos, junto a la tumba aparecieron un quemador de perfume y un plato ceremonial elaborado en plata.

'El nacimiento de Venus'. Mosaico romano. Siglo II.

En el número 94 de la calle González Marín de Cártama apareció, allá por 1956, este impresionante mosaico romano que ocupa 38 metros cuadrados. La pieza se desenterró en 46 fragmentos que han sido restaurados y unidos para su exposición en el palacio de la Aduana. En el centro destaca una representación de Afrodita, con larga cabellera y sobre una gran concha, llega empujada por el soplo de los dioses y arrastrada por los delfines a la playa de una de las islas que tradicionalmente se le dedican.

Ataifor de la Nao. Siglo XIV. Loza dorada y pintada.

Una rareza dentro de la cerámica andalusí, este afaifor (plato hondo) presenta una escena figurativa con un barco, algo muy poco frecuente en el arte hispano-musulmán, sobre todo, por la estética naturalista que brinda esta cerámica. La pieza toma la tradición de la loza dorada típica de Oriente y aprovecha la circunferencia del plato para la composición del dibujo. La obra procede de la Alcazaba de Málaga y está situada en el tramo final de la sección de Arqueología del museo.

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