Urdangarin viajaría a Catar con pasaporte diplomático por ser de la Familia Real
El duque de Palma cuenta con esa prerrogativa pese a haber sido apartado de la actividad oficial de la Corona
PAULA DE LAS HERAS
Lunes, 15 de abril 2013, 00:34
Iñaki Urdangarin fue apartado de la actividad oficial de la Corona y, teóricamente, de su representación institucional en diciembre de 2011 por su comportamiento «no ... ejemplar». En enero de este año -y para seguir, se dijo entonces, con «la misma línea de contundencia»- se le eliminó del apartado que la página oficial en de la Casa del Rey dedica en Internet a la Familia Real. Pero el duque de Palma viajará a Catar, si es que lo hace, con pasaporte diplomático y con «todos los privilegios que ello conlleva», según confirman desde Zarzuela.
La legislación española considera a los miembros de la Familia Real «titulares directos» del derecho a gozar de este salvoconducto, pero lo hace entendiendo que representan a la institución monárquica. Con la llegada de la democracia, de hecho, se trató de poner coto a una cierta discrecionalidad previa. «Las circunstancias actuales de la vida diplomática y la nueva estructura de los organismos representativos del Estado exigen (...) la estricta limitación de estos pasaportes a quienes ejerzan las funciones que justifiquen debidamente su otorgamiento, ya que el pasaporte diplomático se concede para el mejor ejercicio de las mismas y no constituye un privilegio personal», dice el preámbulo del Real Decreto aprobado en 1984 y actualizado después en 2008.
El yerno del Rey, imputado por cinco delitos graves y penados con cárcel, sigue siendo Familia Real. «La única manera de que deje de serlo es el divorcio», advierte un portavoz de la Casa del Rey.
Las inmunidades y privilegios aplicables en el exterior a quienes son considerados representantes de un Estado están reguladas en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas e incluyen cosas como la inviolabilidad de los correos, del domicilio, de la valija diplomática... Un agente diplomático no puede ser, en principio, «objeto de ninguna forma de detención o de arresto», goza de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado receptor y, salvo excepciones, también de la civil y administrativa. Además, está exento de las disposiciones sobre seguridad social y de casi todos los impuestos, aunque eso no rige para sus actividades privadas.
Fuentes diplomáticas matizan, en todo caso, que para que tales prebendas se apliquen no basta con poseer un pasaporte especial; hay que estar acreditado en el país y formar parte de la «lista diplomática». «El estatus de Urdangarin lo van a decidir las propias autoridades cataríes y lo normal es que como miembro de la Familia Real sea del máximo nivel, es decir, que se le concedan todos los privilegios», apunta, no obstante, un veterano diplomático.
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