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EL EXTRANJERO

Murphy, por Antonio Soler

No es muy amigo de Bush ni de lo políticamente correcto. Es un hombre de letras y por lo que sé, su amor a la química lo concentró únicamente en el aprendizaje de la fórmula del dry martini

ANTONIO SOLER

Domingo, 16 de diciembre 2007, 02:11

DICEN que fue camarero en no sé cuál isla del Mediterráneo, que algunas madrugadas lo han visto pasear con un caballo blanco por los barrancos ... de Frigiliana. Que está intentando cambiar la american way of life a base de dar cenas en su casa de Roanoke, Virginia, pasada la medianoche. No es muy amigo de Bush ni de lo políticamente correcto. Es un hombre de letras y por lo que sé, su amor a la química lo concentró únicamente en el aprendizaje de la fórmula del dry martini y en su práctica concienzuda y refinada. Conoce a las beatas de Málaga, cada baldosa de cada iglesia. A algunos pedigüeños estilo Galdós y a bastantes pecadores. Tiene vía directa con san Antonio (Tony). Recorrió la calle Carretería bajo el trono de la virgen del Rocío y anduvo en el submarino de la Esperanza al lado de Banderas. Lleva dentro un niño místico. A su modo, es un obispo.

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