¿Vacaciones en el extranjero? Ojo con cómo pagas
No siempre la tarjeta es la opción más barata, ni puedes cambiar a la moneda local en cualquier sitio
Iratxe Bernal
Miércoles, 6 de agosto 2025, 18:32
Francia, Portugal e Italia son los destinos favoritos de los turistas españoles, pero la zona euro se nos queda cada vez más pequeña y visitamos ... lugares más lejanos. Enterarse de qué medios de pago son los más habituales en nuestro lugar de destino o lo que nos va a costar usar la tarjeta en sus tiendas o cajeros es indispensable en la planificación de las vacaciones para evitar sustos... y problemas a la vuelta.
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¿Debo llevar dinero local?
Aunque la tarjeta es lo más cómodo y barato –enseguida lo veremos–, siempre nos interesa tener algo de metálico encima. La cantidad dependerá de lo bancarizado que esté el lugar de destino, pero, en todo caso, es recomendable contar con efectivo. No sólo para afrontar imprevistos, también los gastos más tempranos, como el desplazamiento hasta el hotel. Además, puede ser lo más rentable para abonar pequeños desembolsos, ya que los bancos pueden aplicar una comisión por cada cargo que hagamos a la tarjeta en una moneda extranjera. De modo que entre los preparativos del viaje hay que incluir una previsión de gastos y la comparación de precios en el cambio de moneda… porque puede haber bastantes diferencias.
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Diferentes tipos para una misma moneda
El tipo de cambio es el precio de nuestra moneda con respecto a otra, pero el valor oficial no es el que nos aplican cuando cambiamos divisas ya que en la mayoría de países, el operador –ya sea un banco o una casa de cambio– puede establecer el que quiera. Debemos comparar precios de venta –lo que nos dan por cada euro, o por cada divisa extranjera si estamos de vuelta– para buscar el más cercano al cambio oficial.
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La trampa 'cero comisiones'
El operador puede pedir una comisión por realizar la transacción y, ojo, porque a menudo aparecen camufladas. Es decir, nos ofrecen 'cero comisiones' pero lo compensan con tipos más caros. «Los establecimientos no tienen limitadas las comisiones o gastos que pueden aplicarnos, por lo que pueden superar el 20%», advierten desde el Banco de España, donde también recomiendan que «antes de entregar cualquier importe por ventanilla pidamos que nos informen con claridad de cuánto vamos a percibir» después de la transacción.
Así que lo más aconsejable es que no dejemos la cuestión para cuando no tengamos más opción, o cerrarla en el aeropuerto de salida o de llegada. Es interesante acudir con tiempo –más aún si necesitamos una moneda poco demandada– a alguna entidad financiera (aunque quizá sólo podamos solicitar el servicio en las que ya tengamos una cuenta contra cuyo saldo hacer el cambio) o una casa de cambio.
Además, la tecnología ha llegado ya tanto a unas como a otras y hoy incluso es posible solicitar el dinero extranjero por internet y recibirlo en casa. Si tenemos que cambiar moneda en el lugar de destino, ten presente que suele haber más oferta –más competencia entre operadores– en el centro de las ciudades o lugares más turísticos que en los aeropuertos.
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¿Tarjeta o efectivo?
Pese a llevar moneda local, lo más recomendable es que tiremos de tarjeta cuando los importes sean un poco elevados. No sólo para evitar moverse con demasiado efectivo, sino para evitar los cajeros. Pagando con tarjeta es nuestro banco el que, en cada operación, hace el cambio de divisa y lo hará aplicándonos una comisión menor que en el cajero, aunque pertenezca a su red. De media, un 3% frente a un 5%. Si, además, el cajero no es de esa red, también habrá que pagar por su uso al banco propietario.
Por esto conviene conocer de antemano qué comisiones cobra nuestro banco cuando operamos desde el extranjero y decidir si nos interesa contratar una segunda tarjeta en una entidad diferente y dejar la que manejamos habitualmente como segunda opción, por si no podemos usar la nueva. Estas tarjetas sin comisiones –hasta determinados límites o número de extracciones, al menos– son uno de los grandes reclamos de muchos de los neobancos que han entrado en el mercado en los últimos años.
De todos modos, conviene llevar más de una tarjeta –sobre todo si viajamos solos o con menores que aún no disponen de la suya– y, si es posible, que una sea de crédito y otra, de débito. Las primeras nos las pueden exigir al hacer reservas, pero con las segundas nuestro banco nos ofrecerá mejores tipos de cambio, algo que nos interesa.
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Comisiones en tarifa plana
El miedo a perder clientes a partir de estas tarjetas contratadas inicialmente sólo para viajar ha hecho que las entidades tradicionales se pongan las pilas con 'packs' o programas de viaje en los que sustituyen las comisiones aplicables a cada operación por una tarifa plana mensual. Incluso pueden ofrecer diferentes planes. Por ejemplo, quizá podamos elegir entre pagar siete euros por hacer tres retiradas de efectivo y pagos hasta una cantidad determinada o contratar una tarifa más completa en la que por catorce euros nos entren todas las retiradas y compras que queramos hacer durante ese mes. Ahora bien, de regreso a casa hay que acordarse de cancelar la contratación del 'pack'.
¿Es mejor pagar en euros a través del datáfono?
Hay ocasiones en las que el comercio en que vamos a pagar nos ofrece la posibilidad de realizar el cobro en euros. En este caso será el establecimiento, su banco, quien realice el cambio y lo hará con un tipo que puede ser más elevado que el del nuestro. Como norma general, resulta más barato elegir que el datáfono realice el cobro en la moneda local y dejar que sea nuestra entidad la que haga la conversión. Por otra parte, si la cantidad es muy pequeña, intenta pagar en metálico y ahorrarte así la comisión que el banco cobra por cada operación con moneda extranjera.
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