Cómo desenmascarar una voz generada con IA
Cuando 'jugar a los espías' puede evitarte ser víctima de un 'deepfake'
Los sistemas de inteligencia artificial (IA) ya pueden crear voces que parecen humanas. Es un gran avance tecnológico, pero también un riesgo demostrado. Que se ... lo pregunten si no a Elon Musk, cuya voz fue clonada el año pasado para ser usada en varias estafas 'cripto'. O a la actriz Emma Watson, que se encontró con varios clips en el foro 4chan con su voz profiriendo amenazas e insultos racistas. O a Tom Hanks, que se oyó a sí mismo promoviendo productos de salud con los que no tenía nada que ver. Y, ojo, que las víctimas de este tipo de fraude no solo son famosos. Puedes serlo tú mismo. ¿Cómo? Pues, por ejemplo, al recibir una llamada de un pariente en apuros que necesita una transferencia urgente... Y es una voz creada por IA, un 'deepfake' de audio como los que ya han afectado a muchas personas particulares y empresas.
¿Qué podemos hacer? ¿Se pueden detectar estas voces falsas? Existen varias herramientas que ayudan a distinguir si es real o ha sido generada por IA. Un análisis acústico comprueba patrones en la frecuencia, el tono y el ritmo del audio en busca de anomalías, mientras que otras técnicas detectan pequeños artefactos digitales que dejan las máquinas en las grabaciones.
También se usan modelos de inteligencia artificial entrenados con muchos ejemplos de voces auténticas y falsas para aprender a reconocer esas diferencias y, en algunos casos, se aplican marcas de agua digitales y detectables en el contenido. Sin embargo, ninguna de estas soluciones técnicas es infalible, por eso la mejor estrategia sigue siendo la verificación humana, sobre todo para el usuario de a pie que no tiene otros recursos a su alcance.
Protocolo sencillo
«A medida que los modelos se perfeccionan, las señales de detección se vuelven más sutiles», explica Josep Curto, profesor de Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). La clave es notar que algo «no encaja» en la conversación. Como que alguien hable demasiado perfecto en una supuesta emergencia, por ejemplo.
Para detectar una voz clonada en una llamada sobre la marcha hay algunas señales claras. La primera es que la voz de nuestro supuesto interlocutor no transmita emociones, que suene plana o con pausas raras, sin variaciones naturales en el tono, el ritmo o la intensidad.
Otra pista son los artefactos en el sonido, como siseos o chasquidos, que se repiten siempre en el mismo lugar, o que el audio sea demasiado limpio y sin los ruidos de fondo que acompañan a una conversación normal. Además, en las videollamadas, suelen verse incoherencias o retrasos en los movimientos de los labios que delatan que no son naturales. También se notan pequeñas anomalías en las expresiones faciales, como un parpadeo raro o sombras anormales, que pueden ser indicios de que la voz no es auténtica.
Curto propone un sencillo test para asegurarnos de que no estamos siendo víctimas de un engaño.
– Confirma con quién hablas. Haz una pregunta clave que solo la persona que estaría siendo suplantada sabe. Algo como «¿cuál era el postre de la cena del domingo?». Si no acierta o la respuesta suena rara, pasa al siguiente paso.
– Corta y devuelve la llamada. Di algo como «la línea falla, te llamo yo ahora». Cuelga y marca tú a un número comprobado (el del banco, el de la empresa, el que tengas guardado). Nunca llames al número que ha emitido la llamada sospechosa. Si la persona real contesta y todo encaja, todo va bien.
– Si no, activa la alarma. Cierra la conversación con calma («por protocolo debemos colgar») y avisa a ciberseguridad, la entidad suplantada o a la Policía. Apunta la hora, lo que dijo y qué sonó raro. Ese registro puede evitar que le pase a otro.
¿Y si es tu voz la clonada?
También puede ser tu voz la que hayan clonado. En este caso, también hay medios para protegernos. Son medidas sencillas que se pueden tomar para prevenir este tipo de suplantación. La primera es que no subas audios largos y claros a redes abiertas. Si lo haces, no se lo pongas fácil y baja la calidad (menos kbps) o pon música de fondo.
Asimismo, conviene desactivar el guardado de voz en Alexa, Google o WhatsApp. Revisa la configuración y di «no» a «ayudar a mejorar el servicio». Y parece que va a ser conveniente jugar a los espías: acuerda frases secretas con familiares y compañeros. Cambiadlas cada mes.
En todo caso, y como dice Curto, «la mejor defensa es el escepticismo humano, más una segunda comprobación y menos huella pública de tu voz». Así que cuando te llame un supuesto conocido pidiendo una transferencia urgente un viernes a las seis, respira, pregunta la palabra clave y devuelve la llamada. Tu cuenta (y tu tranquilidad) te lo agradecerán.
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