Estas plantas que tienes en casa son... tóxicas

Además de su innegable función decorativa, las plantas purifican el aire y reducen la humedad ambiental, pero cuidado porque no todas son tan inofensivas como parecen. Con la Flor de Pascua debemos ser muy cuidadosos. «Al igual que el muérdago y el acebo, es tóxica para los humanos y venenosa para perros y gatos», explican en la Asociación Española de Centros de Jardinería (AECJ).

La 'costilla de Adán' es una de las plantas de interior más demandadas. Ahora bien, sus llamativas hojas son tan decorativas como tóxicas (dificultad respiratoria, convulsiones...), por lo que no se recomienda en casas con niños. Son igual de venenosas para un adulto que para un bebé, lo que ocurre es que las intoxicaciones accidentales suelen producirse en menores de 5 años

Mucho cuidado con esta planta tan popular en los hogares españoles porque todas sus partes son venenosas, especialmente las hojas. ¿Qué hacemos si nos intoxicamos por accidente? Los expertos en jardinería aconsejan lavar con agua fresca y pasar hielo por la zona afectada.

Se suele usar como purificador de aire y para refrescar el ambiente, pero la ingesta de sus hojas puede causar vómitos, náuseas, diarrea y dificultad para hablar o tragar. «En perros afecta a las mucosas y les produce trastornos digestivos». El aloe vera, otra planta muy conocida por sus propiedades medicinales, también resulta muy peligrosa para perros y gatos.

Esta es otra de las variedades que se puede encontrar en muchas viviendas por su gran vistosidad, pero le pasa lo mismo que al filodendro. El simple contacto con sus hojas puede desencadenar un brote de dermatitis. La irritación suele ser pasajera. Si persiste, se debe acudir al médico.

Conocida también como lengua de suegra o espada de San Jorge, esta planta puede causar algún tipo de reacción en los niños y resulta especialmente tóxica para los animales. «Si observa que su mascota tiene una salivación excesiva o diarrea y sospecha que ha podido comer una de sus hojas, acuda al veterinario», aconsejan los expertos en jardinería.

Esta planta, que también se llama laurel de flor, es una de las más venenosas y, sin embargo, adorna muchísimos jardines comunitarios. «Un mínimo consumo de las hojas o flores de esta variedad puede desencadenar convulsiones, vómitos, diarrea, taquicardia e incluso resultar letal si se ingiere una cantidad abundante», alertan los especialistas de la AECJ.

Este ejemplar, que presenta al final del tallo unos racimos de vistosas flores en forma de dedal, parece inofensiva, pero puede causar un ataque al corazón, así que mucho cuidado si nos la encontramos en algún jardín o por el campo. «La intoxicación con digital ocurre con frecuencia al succionar las flores o comer las semillas, tallos u hojas de la planta».

Además de ser foco de plagas al atraer a las moscas blancas y a las babosas, esta variedad afecta, sobre todo, al sistema nervioso. Sus bulbos y flores contienen sustancias tóxicas que pueden causar síntomas como molestias en la boca, náuseas, dolor abdominal, diarrea y dificultad respiratoria si se ingiere por error.

Esta planta que adorna tantos jardines con sus hojas tan coloridas, también nos puede dar un buen susto si ingerimos alguna de sus flores por accidente. De hecho, sus efectos son parecidos al del consumo de cianuro (paros cardiacos e incluso la muerte). «En pequeñas dosis causará desagradables efectos secundarios», advierten los expertos.

El nombre lo deja claro. Los frutos de esta planta, que suele adornar muchas fachadas de viviendas, contienen una resina oleosa que altera el sistema nervioso y su contacto puede desencadenar en la zona afectada casos de dermatitis, inflamación y ampollas. La erupción por hiedra venenosa a menudo aparece en línea recta debido a la forma en que la planta roza la piel.

No solo las plantas pueden ser tóxicas. «La tierra de las macetas también puede causar problemas de salud», advierten los expertos.