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HUMANOS Y OTROS INSECTOS

Una corazonada

"No podía llamarse de otra manera. Su nombre es el mismo que el de la musa de la Divina Comedia, aquella que dice..."

SORA SANS

Viernes, 21 de marzo 2014, 08:15

No podía llamarse de otra manera. Su nombre es el mismo que el de la musa de la Divina Comedia, aquella que dice «Yo, Beatriz, ... soy quien te hace caminar, vengo del sitio al que volver deseo; amor me mueve, amor me lleva a hablarte». Su nombre se me aparece en sueños ahora y las imágenes que ha creado me persiguen empujándome a un tiempo pasado donde el amor era un desgarro y la sangre una alegría. Beatriz Ros expone una obra grandiosa en la galería Isabel Hurley: Heartself. El título ya anuncia la dicotomía entre el yo y el corazón que se entrega ciegamente a otro para dejar junto a la pérdida del amor, un vacío en el punto más vital del ser humano: el corazón (heart) de uno mismo (self). La exposición tiene como bandera la imagen de un colibrí ilustrado sobre una cerámica antigua, en parte desgastada, en parte viva, de colores tan intensos como tímidos, y cuyas garras parecen querer aferrarse a un sentimiento. Un colibrí cuyo corazón late a toda prisa, cuyas alas están congeladas en un recuerdo, cuyo significado no puede ser descubierto más que el de un espejo al que uno se asoma y cambia cada día. Esta muestra heraclítea abre paso a todo un imaginario de pieles desnudas, lazos inciertos, rojos salvajes, manos heladas en una sed de Narciso, temores y fuerzas en equilibrio, entrenamiento del ave. Beatriz Ros en estado puro. No hay más. No hay menos. Su obra 'impenetrable' no hace más que calar en el espectador y su poema tachado descubre una gran verdad: «Soy, soy capaz, soy capaz de, soy capaz de adornar, soy capaz de adornar la herida». Es imposible no tener en mente la voz seductora de un Bill Callahan denunciando que existen demasiados pájaros en un árbol «Too many birds in one tree» y su pregunta «¿Y si tan solo pudieras parar tu corazón durante un latido» (If you could only stop your heart beat for one heart beat). En definitiva, la expresión de Beatriz Ros en Heartself es un sentimiento universal, una fase necesaria por la que los corazones más fuertes pasan antes de entender que el amor puede ser muy grande, para bien o para mal.

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