El Episcopal recobra su carácter expositivo con una muestra de arte africano y contemporáneo

El Palacio Episcopal abre de nuevo sus puertas al mundo del arte. Tras una etapa gestionada por la Junta de Andalucía, la Diócesis de Málaga recobra su papel de mecenas para crear en este emblemático espacio un centro de arte que nace con la vocación de museo. Así, sus salas contarán con una exposición permanente de arte africano y contemporáneo, que se abrirá al público a finales del mes de enero. Además, el espacio acoger muestras temporales.

«Con esta exposición permanente, donada por los Sres. Jiménez-Arellano, se quiere resaltar la presencia de la Iglesia en África y lograr un nuevo punto de referencia cultural en la ciudad de Málaga. El edificio que ya estaba adaptado como espacio expositivo, se está acondicionando, atendiendo a mejoras de pintura, iluminación y remodelación, para acoger las obras de arte en un buen entorno», añade el comisario, Miguel Ángel Gamero.

La muestra constará de 150 piezas de arte subsahariano de carácter generalista con múltiple variedad en las tradiciones artísticas desarrolladas a lo largo de la milenaria historia del continente africano. Son muchos los estilos y materiales de los que se compone el conjunto de piezas expuestas. Se incluyen obras realizadas en distintos metales, terracotas, maderas, tejidos entre otros materiales, la mayoría de ellas de autores anónimos. La muestra acogerá también una colección de paleo-monedas africanas, «seguramente una de las más amplias y sistemáticas en número de piezas, en su mayoría trabajadas en metal», matiza Gamero. A todo ello se le une de forma complementaria una selección de pinturas y esculturas contemporáneas, que formarán parte del discurso museológico en diálogo con las piezas de arte tradicional africano. La exposición tratará de reflejar las relaciones artísticas entre el Occidente europeo y el África subsahariana a través de esculturas, pinturas y objetos.

La línea argumental de la exposición se basa en el hombre como creador. La muestra se inicia con una cita del pintor ruso, Wassily Kandinsky que invita a la creación y la espiritualidad. Esta reflexión llevará al visitante a una primera sala con pinturas abstractas que evoca a los primeros elementos de la creación como el agua, o la tierra. La segunda sala se centra en la divinidad africana y el culto a Dios, a través de altares, la evangelización de África, y la forma en que los chamanes o sacerdotes de la zona intentaban sanar. La siguiente sala albergará la monedas en metal, la fundición y los bronces con las figuras de dos gallos excepcionales del arte africano. La última estancia tendrá como protagonista a la música, las máscaras, o el baile con matices y significados que van más allá de la danza complementado con lo contemporáneo.