Marbella recupera su esplendor

Marbella vuelve a resurgir como joya de la corona del lujo español, sacudiéndose el estigma de 'Malaya', por encima de destinos como Baleares muy vinculado a la Casa Real española, y cuyos lazos, precisamente, le están pasando factura.

El refortalecimiento internacional de la marca se refleja en cifras como el aumento de un 9,5% de las pernoctaciones de extranjeros en la ciudad durante 2012, según cantan los datos del INE, o el hecho de que sea el destino con mejor rentabilidad hotelera según el 'lobby' turístico Exceltur. La industria del turismo reluce y saca partido al privilegio de ser la zona con mayor concentración de hoteles de gran lujo de la Península, con nueve establecimientos que suman una oferta de 2.855 plazas, según los datos del Patronato de Turismo. Entre ellos se encuentra el único seis estrellas de Andalucía, el Villa Padierna, que fue el elegido por Michelle Obama, la mujer del presidente de Estados Unidos, para pasar unas vacaciones. Un acontecimiento que marcó un punto de inflexión.

Estos alojamientos han recuperado a esos clientes selectos y, salvo la temida estacionalidad que les sigue atenazando, coinciden en que el resurgir es patente. Pero no solo crecen las llegadas de grandes fortunas, de políticos, figuras del deporte o del cine, sino que Marbella atrae también a un nuevo viajero dispuesto a pagar más a cambio de recibir más servicios en hoteles de cuatro estrellas pero que gozan de una ubicación privilegiada. Al calor de esta demanda y ejemplo de adaptación a las nuevas formas de viajar, la cadena Fuertes Hoteles ha aprovechado el invierno para crear un producto acorde a este perfil, para el que ha diseñado en el Fuerte Marbella una planta preparada para atender a este nuevo concepto del lujo. «Hemos identificado un nuevo cliente y para ello hemos adaptado esta planta 'Exclusive', en la que los viajeros reciben un trato más personalizado y se alojan en unas estancias mejor preparadas dentro de un cuatro estrellas», explica María Antúnez, directora del hotel. En este sentido, se mostró convencida del éxito de la iniciativa y avanzó que si se confirma se ampliará esta actuación, que en la actualidad se ciñe a 18 habitaciones, el próximo invierno.

Antúnez confirmó la recuperación de la marca Marbella, que en estos momentos se ha convertido en el banderín de enganche de turistas de gran nivel en los mercados emergentes que están en pleno auge, como es Rusia. Este resurgir ha permitido que British Airlines difunda un vídeo de la ciudad en los 6.000 vuelos de larga distancia y que los inversores vuelvan a concentrar las miradas tanto para comprar residencias como hoteles.

La consecuencia inmediata de este nuevo devenir, que supone la vuelta a su época dorada, se deja sentir en que marcas de lujo como Jaguar hayan duplicado en los últimos cuatro meses la venta de coches de alta gama, aquellos que se venden con precios similares a los de un inmueble de coste medio. «Desde fuera no se ve a Marbella como un problema, todo lo contrario», afirma el presidente y consejero delegado de la firma británica en España, Luís Antonio Ruíz. «En coches de más 100.000 euros hemos vendido un 50% más que en el mismo periodo de 2012», revela a modo de ejemplo.

Quien se compra un coche de esta categoría, capaz de ponerse de cero a cien en un abrir y cerrar de ojos ni se viste ni se calza de cualquier manera. Un informe de 2011 de la empresa DBK, especializada en análisis sectoriales y de la competencia, pone luz y taquígrafos a una realidad que se intuía, pero de la que no había constancia estadística: el municipio ocupa el tercer lugar en España en cuanto a concentración de empresas de confección y complementos de lujo. La ciudad, que se ha ganado a pulso el sobrenombre de 'Milla de Oro', aglutina el 10 por ciento del total de estos exclusivos establecimientos. Madrid lidera el ranking con un 30 por ciento y le sigue Barcelona con algo más del 20 por ciento. La tercera posición es para Marbella, tras la que se sitúan Sevilla, Valencia, Bilbao y Palma de Mallorca.

Pero lo más llamativo no es que firmas de alto standing apuesten por asentarse en Marbella, sino que casas como Valentino o Dior trabajen a día de hoy, pese a la crisis, en la ampliación de su superficie comercial en Puerto Banús.

El empresario Miguel Gómez y Molina, copropietario de una de las joyerías más exclusivas de la ciudad, dice que para dar una idea del lujo que se mueve hoy día en Marbella «más que cuentos lo mejor es hablar de cuentas». Y así lo hace. Firmas como Rolex tuvieron un crecimiento en su boutique del 33% en el periodo 2011-2012, con compras que alcanzaron los 60.000 y 70.000 euros. «Esto es una barbaridad», resume el empresario. «Estamos hablando de unos crecimientos que no son normales en Marbella», añade.

La última estadística sobre relojería de lujo refleja repuntes de un 19% a nivel mundial, con crecimientos en la facturación de hasta dos cifras. Es imposible saber que porcentaje de la tarta le corresponde a cada ciudad, pero Gómez y Molina se muestra tajante al afirmar que el gremio señala que los únicos destinos que tiran del carro a nivel nacional son Madrid, Barcelona y Marbella. «Ni siquiera incluimos a Palma», matiza.

Discreción en La Zagaleta

El mundo del pedrusco, aquel que con facilidad se mueve en torno al millón de euros, sigue también conservando a su público. «Marbella siempre ha sido una gran plaza incluso en los momentos de grave crisis», refiere desde Ginebra la directora de alta joyería de Chopard, María Martínez de Medinilla. «El encanto de la ciudad reside en la existencia de gente riquísima que ni siquiera se sabe que vive allí y que simplemente no se deja ver porque lo que busca es absoluta privacidad dentro de mansiones ubicadas en urbanización de máximo nivel», afirma.

Una de estas urbanizaciones, donde el concepto de lujo y exclusividad pierden sus límites, es en la inexpugnable La Zagaleta. El fortín, situado en Benahavís, al norte de Marbella, es refugio para centenares de grandes fortunas, esos que mueven los hilos del mundo mientras los 'flashes' disparan en dirección contraria. De hecho, la discreción es un valor en alza en un recinto de 900 hectárea, dos campos de golf, centro hípico, helipuerto y casas cuyos precios oscilan entre los 4 y 30 millones de euros. Aunque como apunta el director general de La Zagaleta, Jacobo Cestino, «las hay mucho más caras, pero no disponibles en el mercado». En la actualidad solo una treintena de viviendas están a la venta.

La propiedad no facilita datos sobre los moradores, aunque se sabe que Jürgen Bartels, exconsejero delegado del grupo Starwood Hotels; Lord Stanley Fink, el antiguo consejero delegado del fondo de inversión británico Man y tesorero del partido conservador británico; y el fundador de la operadora Orange, Hans R. Snook, tienen residencia en el enclave. La urbanización pone a disposición de los vecinos conductores privados, lavandería, servicio doméstico de limpieza y mantenimiento de la casa, canguros o secretarias.

La joya de la corona

Pero el pulso que recupera Marbella no solo viene de la mano de estos magnates. En sus calles, sus paseos marítimos, restaurantes y chiringuitos se dejan ver británicos, alemanes y rusos, seguidos por escandinavos, sobre todo noruegos, que el año pasado adquirieron una residencia en Marbella y su zona de influencia, Estepona y Benahavís. De las 3.600 operaciones de compraventa que se efectuaron en 2012 desde Nerja a Manilva, el 60 por ciento se materializaron en el llamado 'Triángulo de Oro'. Unos datos que ponen de manifiesto que esta marca ha conseguido desprenderse del estigma de la inseguridad jurídica y la corrupción que se aireó a los cuatro vientos y corrió como la pólvora con el 'caso Malaya'.

«Marbella sigue siendo la joya de la corona de la Costa del Sol porque es un signo de excelencia y calidad», dice el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga, José Prados. «Nos han querido vender que era un destino amazacotado, pero esa percepción no existe en el extranjero, donde Marbella se concibe como una meca turística no solo dentro del destino Costa del Sol, sino del destino España», afirma.

El escaparate de las inmobiliarias es otro indicador de que el corazón de la ciudad late con fuerza. Kristina Szekely, especializada en el sector de alto standing, reconoce que tras saltar 'Malaya' los empresarios con ganas de invertir replegaron velas a la velocidad del rayo en busca de aguas más tranquilas. No obstante, Szekely habla hoy de «un nuevo resurgir». La promoción Jardines del Príncipe, que vende en Puerto Banús, con precios que oscilan entre los 475.000 y 600.000 euros se vende a ritmo vertiginoso. «Hasta dos y tres pisos de manera diaria», asegura. Tal es el éxito que la segunda fase ya está en cartera en un momento en que los esqueletos de inmuebles en espera de propietarios marcan otros municipios del litoral.

Turismo residencial, clave

El presidente de la Asociación de Promotores de Turismo Residencial, Ramón Dávila, estima, de hecho, que el papel de los turistas que fijan una segunda residencia en la ciudad es clave para entender su recuperación. De éstos, entre un 15% y un 20% optan por viviendas catalogadas en un segmento medio y medio-alto, cuyos precios oscilan entre 800.000 y 1,5 millones de euros. «Este tipo de producto es el que menos financiación requiere porque el comprador tiene capacidad adquisitiva», explica Dávila, quien tilda de «relativamente corrientes» las operaciones en torno a 1,5 millones de euros. Asimismo, apunta que este segmento experimenta ritmos de crecimientos anuales, sobre todo gracias al mercado ruso, que rondan el 12% desde 2010, coincidiendo con la aprobación del PGOU y la vuelta de la seguridad jurídica y urbanística.

El magnetismo que despierta Marbella para el turista ruso también es indudable. «En estos momentos, el Consulado de España en Moscú está otorgando diariamente 5.000 visados a turistas», explica Ricardo Bocanegra, un abogado experto en Extranjería que tramita a través de su gestoría numerosos permisos de residencia. El experto añade que solo este consulado proporciona a nuestro país el 50% de los ingresos en tasas con respecto a lo que generan el resto de consulados de España en el mundo.

Reconoce, no obstante, que muchos de estos turistas, que desarrollan estancias medias de 10 días, se dirigen a la Costa Brava, donde los precios son muy competitivos. «Aquí vienen menos turistas, pero de mayor poder adquisitivo, que es lo que nos interesa», precisa.

El despertar de la Marbella de siempre no ha hecho más que empezar, pero será imprescindible para que la Costa del Sol brille con mayor fuerza en el escenario internacional.