Celia Flores: «Siempre he querido ir por mi camino»
Cantante«Ahora le canto a mi niño las canciones de Marisol», dice la hija pequeña de Pepa Flores y Antonio Gades, que actúa en el Cervantes
REGINA SOTORRÍO rsotorrio@diariosur.es
Martes, 3 de julio 2012, 09:33
Celia Flores está de vuelta. Han pasado seis años y muchas novedades desde su debut discográfico. La más evidente le acompaña ahora de la ... mano por el Muelle 1 para esta entrevista, su hijo Curro. Otra llegará en unas semanas, cuando vea la luz su segundo álbum, 'En una calle blanca'. Antes lo llevará al directo este mismo domingo dentro del festival de verano Terral, en el Teatro Cervantes, «lo más grande para un artista de Málaga». La joven, de 31 años, se mantiene fiel a su estilo flamenco pop o música aflamencada; la fusión que ha mamado desde niña con la voz de su madre Pepa Flores, 'Marisol', y el duende de su padre, el desaparecido Antonio Gades. Habla de la familia con admiración y pasión, pero no quiere vivir de las rentas. Ella -junto a su marido, el guitarrista Manuel de la Curra- busca su propio camino.
-Han pasado seis años desde su anterior trabajo y han cambiado muchas cosas...
-¡Muchísimas! Para empezar tengo un niño, y eso te hace cambiar y evolucionar. Y luego he trabajado por otros sitios diferentes, como en la compañía de baile de Antonio Gades. Eso me ha hecho aprender mucho e ir tocando otros campos para coger este con más ganas.
-Continúa en su línea de música aflamencada. ¿Se atreverá algún día con palos puros del flamenco?
-Como veo a gente que lo hace tan bien, y no creo que yo lo pudiera hacer así, lo respeto y no me meto ahí.
-Con el tiempo quizás...
-Está claro que en mi casa lo hago, y si con el tiempo veo que me defiendo lo haré en público. Pero ahora mismo prefiero dejarlo para quienes lo hacen bien.
-Es un álbum cocinado a fuego lento, ¿ha costado trabajo sacarlo adelante?
-A fuego lento y en la casa, además. Es totalmente casero, sin ayuda de nadie y sin respaldo de nadie. La música está hecha entre nosotros, familia y amigos; se ha grabado en un estudio de gente conocida... sin hacer contratos con nadie, queriendo ir por nuestro camino para poder hacer lo que queramos. Es muy complicado, pero si no lo intentas...
-El ir por libre lo dificulta todo.
-Claro, cada uno está en sus cosas y que nos reunamos es más complicado. Se ha hecho con mucho cariño y poquito a poco, sin querer precipitar nada. Pero por mí que no quede. Creo en lo que estoy haciendo y los que están conmigo también.
-Es su trabajo más personal: compone dos temas.
-Sí, 'En un calle blanca' es para mi niño (dice mientras mira al pequeño, que juega a su lado) y otro para mi padre. Le he puesto todo el corazón.
-Su padre, aunque ausente, lo tendrá siempre muy presente.
-Sí, y en cada proyecto nuevo me gustaría poder decirle «escucha esto a ver qué te parece». Que seguro que me diría «esto no, esto no» (risas). Se echa de menos.
-El estar rodeado de tanto artista en la familia, ¿impone?
-¡Es una alegría! Cada vez que hay una fiesta o hacemos una reunión familiar siempre saca cada uno su puntillo de personaje por algún lado (risas).
Poco a poco
-Es la más pequeña de la familia. ¿Cómo fue ese momento de «mamá quiero ser artista»?
-Tampoco fue así (risas), fue todo más rodado. Poquito a poco, me salían proyectos, los comentábamos... no fue una decisión de un día para otro. Mi madre y la gente de mi alrededor siempre me habían escuchado cantar. Ella me orienta, pero me da alas para que siga yo para adelante. Porque si nos equivocamos, nos tenemos que equivocar nosotros.
-Se aceptan consejos, pero luego cada uno...
-Está claro, siempre me ha dado mucha libertad en lo profesional. Pero somos una piña como familia. Y tener a mi lado la experiencia de todos ellos me ayuda un montón.
-Su nombre artístico, con el apellido Flores, es un homenaje a su madre Pepa Flores.
-A mi madre y a mi abuelo Juan, que también era muy de Málaga. Era un personaje de metro y medio que lo conocían en todos lados.
-¿Qué admira de Pepa Flores?
-Todo. Primero la fuerza con la que se ha enfrentado a la vida que ha tenido... y la fuerza que tuvo para retirarse y decidir, como ser humano independiente y libre, tener su vida. Y ahí se ha mantenido. Y también admiro que haya llegado a la edad que tiene tan bien como está.
-¿Empezó cantando las canciones de Marisol?
-¡Qué va! A veces me piden que cante un trozo de alguna... y no me sé la letra. Mi madre tampoco era de cantar sus canciones. Las conozco pero no me he puesto en mi casa a cantar «corre, corre, caballito» (risas). Ahora de mayor, sí se las canto a mi niño.
-Y sabiendo que ella quiso huir de ese mundo... ¿por qué decidió dar el paso?
-Es que no lo piensas así, es un trabajo, un medio de vida... si Dios quiere.
-¿No se vería haciendo otra cosa?
-Pues he hecho millones de cosas, y las sigo haciendo a la par que la música para poder sacarla adelante; pero me gustaría que fuera esto con lo que pudiera vivir, para eso luchamos.
-Ahora mismo no vive de la música.
-Yo creo que ahora mismo nadie enteramente puede vivir de la música. En Málaga, que es lo que conozco, te pueden pagar 50 euros por tocar dos horas. Con eso no se vive.
-Sería fácil tirar del recurso de Pepa Flores, cantar juntas en el disco por ejemplo, pero no ha querido.
-Siempre he querido ir por mi camino, ser yo... y de esa manera no lo conseguiría. Y si lo hiciera no me sentiría bien. Respeto plenamente que mi madre no quiera nada, que quiera estar en su casa con sus cosas... He aprendido a tirar por el otro camino, aunque sea más difícil. La educación que me han dado es esa. Mi padre era muy crítico y siempre nos decía que cada uno fuéramos por su camino. Y se lo agradezco.
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