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Datación. La pieza escultórica, de estilo manierista, fue realizada en 1633. :: E. NIETO
SEMANA SANTA

El Señor de la Málaga de los siglos pasados

El Cristo de la Salud, que pertenece al patrimonio artístico del Ayuntamiento, es uno de los iconos devocionales más emblemáticos del Barroco en la ciudad

ALBERTO PALOMO

Viernes, 18 de mayo 2012, 03:19

Piensen en una ciudad portuaria, de calles tortuosas y sucias, donde se ha declarado una epidemia, y cuyos medios para combatirla es purificando el ... aire, quemando pólvora y romero, esparciendo estiércol de vaca por doquier y disparando cañonazos desde las baterías de defensa. Los médicos ni siquiera se atreven a entrar en las casas de los afectados, limitándose a vocear en la puerta los remedios que se les ocurren, más propios de nigromantes que de personas de ciencia. En hospitales improvisados se hacinan la mayoría de enfermos asistidos rudimentariamente, esperando la muerte y a ser conducidos a los llamados 'carneros' donde serán enterrados cubiertos de cal viva. Esa dantesca ciudad, que en realidad podía ser cualquier otra del occidente europeo, es Málaga, donde hasta bien entrado el siglo XIX, se combatía las periódicas pandemias según el delirante protocolo descrito. Así no es de extrañar que la gente de entonces, impotente ante el mal, buscara el remedio sobrenatural, impelida por la creencia de que la peste era un castigo enviado por Dios a un pueblo pecador. Este es el origen de innumerables devociones repartidas por todo el mundo católico, y más concretamente de la devoción al Santo Cristo de la Salud, protector jurado de la ciudad, por iniciativa de su Ayuntamiento y equivalente a la patrona Santa María de la Victoria, que fue siempre de la predilección del estamento eclesiástico. Hoy cuesta imaginar la enorme devoción que los malagueños de antaño sintieron por este Cristo, similar o superior al fervor que desde mediados del pasado siglo suscita la efigie de Jesús Cautivo entre sus descendientes, lo que es demostrativo de que hasta los sentimientos más íntimos y sagrados no son inmunes a las veleidades humanas. Ahora que se acerca el día 31 de mayo, fecha de su festividad, no está de más ilustrar o recordar a quienes gustan de estos temas, el apasionante origen de esta imagen del Señor.

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