Ángel Bataller, gerente de la Fundación infantil Ronald McDonald: «Ayudamos a las familias donde los médicos no llegan»

-¿Qué objetivo tiene la casa Ronald McDonald?

-Ayudar a las familias que tienen un hijo enfermo que recibe tratamiento de larga duración y deben trasladarse desde su localidad para poder seguir la terapia. Se trata de un momento de crisis en sus vidas y queremos que solo piensen en su hijo. Por eso, les damos el alojamiento y manutención gratuitos, porque en estos casos a la enfermedad del hijo se suman desgraciadamente dificultades económicas y siempre es un trastorno familiar y emocional.

-¿Dónde estará ubicada la casa Ronald McDonald de Málaga?

-Estará justo a la espalda del Materno Infantil, en una parcela que nos cedió la Diputación de Málaga junto al Centro Básico de Acogida y que nos parece el lugar idóneo, no solo por la cercanía con el hospital, sino porque cuenta con unos jardines y un recinto cerrado que los niños podrán disfrutar también durante su estancia.

-¿Qué capacidad tendrá la casa?

-Albergará a 14 familias en 1.678 metros cuadrados, pero lo bueno que tiene el concepto de casa de Ronald McDonald es que cada habitación da cabida hasta a seis personas, con lo que pueden acompañar al niño sus padres, hermanos e incluso abuelos o tíos. La idea es ayudar al niño a recuperarse y a la familia a pasar esos malos momentos lo mejor posible.

-¿Influye en la recuperación el ambiente que viva el niño?

-Muchísimo. Nosotros lo hemos comprobado en la otra casa Ronald McDonald en Barcelona, en las inmediaciones del hospital Vall d'Hebrón. En los casos de cáncer, el porcentaje de recuperación en menores es del 75%; en nuestra casa es del 82%. No hay forma de demostrarlo, pero creemos que la calidad de vida que tienen allí parece que está mejorando su situación.

-¿Atenderá exclusivamente a niños con cáncer?

-No, la idea es que sean niños con cualquier enfermedad de larga duración; pero los casos de cáncer son los más habituales.

-¿Qué instalaciones tendrá?

-El diseño de las casas Ronald McDonald siguen las mismas pautas: en la planta superior, las habitaciones de las familias, que son como pequeños apartamentos. En la inferior, zonas comunes para que las familias no solo se alojen allí, sino que vivan. Nuestro lema es 'Un hogar fuera del hogar' porque queremos que lo sientan como un lugar donde quieran estar, donde cuenten con el apoyo de profesionales y también con el de las otras familias que están pasando por la misma situación. Además, contará con un equipo y voluntarios que realizarán actividades, excursiones o resolverán problemas como la escolarización de los hermanos del menor en tratamiento.

-Hace poco se puso la primera piedra y entre las novedades se incluye un gimnasio para los padres...

-Sí, hemos comprobado que los padres necesitan eliminar estrés y el ejercicio físico es una buena forma de soltar todas las preocupaciones que conlleva tener un hijo enfermo, acudir a diario al hospital o estar alejados de sus vidas. Además, habrá una sala de juegos, una cocina amplia, dos salones comedor con capacidad para 20 personas cada uno y una biblioteca. Además, habrá jardines exteriores para que los niños jueguen aprovechando el buen clima de Málaga.

-¿Cómo puede solicitarse entrar en la casa Ronald McDonald?

-Todo nuestro trabajo lo hacemos en colaboración con los médicos que atienden a los niños, y son ellos, que conocen los casos mejor que nadie los que nos derivan a las familias que precisan nuestra ayuda. Nosotros apoyamos a las familias donde ellos no llegan.

-La casa de Málaga será la segunda en España pero ¿cuántas existen en el mundo?

-La de Málaga será finalmente la segunda porque pensábamos inaugurar al mismo tiempo la de Valencia pero algunos trámites están retrasando el inicio de obra. En todo el mundo hay 300 casas repartidas en medio centenar de países. Lo mejor de estas casas no es solo que la fundación financie la obra y la puesta en marcha, que en el caso de Málaga supone un coste de dos millones de euros. Lo importante es que se compromete a mantener el funcionamiento de la casa de por vida, lo que asciende a unos 300.000 euros anuales. Esto es una garantía de que ese recurso va a servir a mucha gente.

-¿Cómo surgió la primera casa?

-Fue en 1974, gracias a la iniciativa de Fred Hill, jugador profesional de fútbol americano. A su hija le diagnosticaron leucemia y conoció a muchas familias que pasaban por su misma situación pero que apenas tenían recursos para mantenerse mientras sus hijos seguían el tratamiento. En muchos casos, la mitad de la familia tenía que separarse porque tenían que trasladarse a otra ciudad. Por eso, empezó a buscar ayuda y acudió a los restaurantes McDonald de su localidad. Surgió de la sociedad civil y la fundación ha tomado el relevo hasta ahora.