Cuando el mecánico está en casa

Es una iniciativa con mucha implantación en las principales capitales europeas, y que en Málaga se ha encontrado con un buen número de seguidores, alentados además por la crisis y la oportunidad de ahorrarse parte de los costes de la revisión, al menos en las operaciones más sencillas, como cambios de aceite, filtros y líquidos.

Cuestión de precio

Hablar de precios es complicado, porque cada negocio tiene una tarifa diferente, pero en líneas generales iría desde siete euros por media hora de taller para una moto; unos diez euros por una hora de box simple y entre 14 y 18 euros con elevador. En algunos casos se utilizan tarjetas prepago, y la tarificación puede ser por tramos de diez minutos o de media hora, según el caso. También se ofrecen paquetes especiales de dos, tres o cinco horas y descuentos para profesionales. Otra característica es el horario, pues es habitual que funcionen incluso los sábados por la tarde y los domingos con cita previa.

El decano de este sector es Brico Box, que comenzó a funcionar en julio en la céntrica calle Bodegueros. Su responsable es Raúl Gómez, un ingeniero técnico, experto en prevención de riesgos laborales. «Soy muy aficionado a las motos; monté un taller propio en un trastero y en un viaje a Madrid conocí este negocio. Me formé en legislación y normativa y en abril me decidí a crear el negocio», relata.

Para ello, ha acondicionado el antiguo concesionario Honda en la calle Bodegueros, donde se han habilitado seis puestos para motos y dos para coches, además de una tienda de recambios, un servicio de neumáticos, todas las herramientas que se puedan necesitar y asesoramiento profesional. «Mi objetivo es que cualquiera pueda atreverse a hacerlo sin tener ningún conocimiento», afirma. En sus cinco meses de vida ya cuenta con más de un centenar de clientes, y su próximo reto es impartir cursos de mecánica de motos.

Cabinas de pintura

Alejandro Acosta es especialista en electromecánica, y durante años ha trabajado en el taller de su familia. Como en el caso anterior, conoció la experiencia de este tipo de servicios en Madrid y se lanzó. En octubre abrió sus puertas Bricoautomálaga, en el polígono El Viso, que dispone de tres boxes con elevador, otros dos sin este sistema, una sala de pintura y una zona de lavado. Su principal cometido es que los conductores hagan la puesta a punto de sus vehículos, para lo que cuentan con dos mecánicos de forma permanente. «Con la crisis la venta de coches nuevos ha bajado, la gente los repara porque es más barato, y hay muchos que les gusta la mecánica y aquí se ahorran un dinero».

Al tiempo, mantienen otra línea de negocio, para trabajos más avanzados: «Mecánicos autónomos alquilan el box y hacen sus reparaciones aquí», añade. Para ello, dispone incluso de herramientas específicas para determinados modelos de coche.

El tercero de estos negocios es Autoservicio del Automóvil, que dirige Carlos Rodríguez y que abrió a finales de octubre en el polígono Guadalhorce. Si el primero mostraba predilección por las motos y el segundo por los coches, este negocio está enfocado sobre todo a la pintura de carrocerías. «Llevo doce años montando maquinaria en talleres y he observado que mucha gente quiere hacer sus chapuzas en pintura, que es muy complicado si no tienes la maquinaria», aclara. Para ello cuenta con dos boxes de mecánica, dos de preparación de pintura y la cabina para este cometido. Como curiosidad, el negocio funciona con un sistema de prepago, donde el cliente paga por adelantado el tiempo estimado de la reparación.