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Parece como si lo imposible se pudiera conseguir ahora mismo. Los milagros, sin embargo, suelen tardar un poco. Si se contemplan y analizan los objetivos ... que se han marcado los tecnólogos para la siguiente generación de la red, es normal que a las personas ajenas le puedan entrar dudas. Y eso que, al mismo tiempo, la fecha marcada en rojo se acerca cada vez más. Porque los cálculos hablan de 2030. Para entonces, la red 6G debería haber sustituido a la de 5G. La Universidad de Málaga se ha subido a este tren e irrumpe ahora en la investigación relacionada con esta tecnología. Dos laboratorios se acaban de instalar en la ampliación de Teatinos, en el edificio Ada Byron, ahí donde la ciencia tiene algo así como su corazón en la UMA. Los proyectos responden a los nombres 'Keysight UMA' y 'Red Victoria'. Este viernes se celebró un acto para dar a conocer esta infraestructura, encabezado por el rector de la universidad, Teodomiro López.
Algunas de las intenciones de los investigadores e ingenieros suenan a visionarias, a veces hasta a utópico: internet por satélite, tráfico autónomo, casas inteligentes, medicina desde la distancia, robots cooperantes, coches sin conductor o fábricas automatizadas. La red 6G está llamada a crear un mundo virtual poblado por avatares. A través de millones de sensores, el mundo real irrumpe en el virtual y conecta a la realidad con su copia digital.
Si la tecnología tiene que ser capaz de todo eso, ya no basta con la red 5G de ahora. El mundo necesita conexiones más rápidas, capaces de procesar inmensas masas de datos en un abrir y cerrar de ojos. El 6G, para poner el contexto, es mil veces más potente que una buena conexión de wifi. El 3G posibilitó por primera vez las llamadas por vídeo. Por fin, se hizo realidad el antiguo sueño del teléfono con imágenes. El 4G multiplicó la cantidad de datos procesados de manera notable. Los tiempos de respuesta destacaron por sus 30 milisegundos. Con ello, se abrió la puerta a operar en la nube y al envío de vídeos en alta calidad. A pesar de todo, el 4G solo supuso un paso intermedio. El 5G multiplica otra vez el volumen de datos que se puede trabajar.
«Disponer de estas infraestructuras nos convierte en un referente internacional para mantener las colaboraciones con empresas y administraciones en el ámbito del 6G y supone una oportunidad para la investigación e innovación en el territorio», afirmó el responsable de la Red Victoria, Pedro Merino. Entonces, por resumir, se podría decir que lo mejor es el enemigo de lo bueno: 4G fue ayer, 5G es hoy y 6G es mañana. En la red 6G se aspira a volúmenes de datos que ahora parecen imposibles. Billones de bits por segundo para reducir el tiempo de respuesta a minisegundos.
Para ello se cuenta con personas como Delia Rico, 29 años, 'teleco' formada en la propia UMA y que forma parte de este proyecto. Su especialidad, desarrollar metodologías de pruebas para redes móviles. Con un mando demuestra como puede controlar un perro robot, como los que salían en la serie de 'Black Mirror', aunque con propósitos mucho más nobles.
Según explica, la idea es utilizarlos en rescates o cualquier otra situación de emergencia, en colaboración con la Policía Local. El 6G abre posibilidades que parecen sacadas de una película de ciencia ficción.
Como se puede leer en la página que tiene la Unión Europea sobre el 6G, esta tecnología está llamada a ser el fundamento de las sociedades del futuro. Estimulado por la inteligencia artificial, la red 6G podría decidir automáticamente donde los datos se procesan mejor, en uno de los tantos mini-ordenadores que se distribuyen a lo largo de todas las ciudades. Sería como un acceso permanente a todos los dispositivos conectados a la red.
En el día a día, las personas no notarán mucho. Y eso que sus vidas se fundirán sin fisuras con el internet. Esta conectividad será a nivel mundial, invisible y omnipresente como el aire que se respira. En hospitales, por ejemplo, se podría conectar la maquinaria y las herramientas con sensores. En momentos de necesidad, se podrían localizar enseguida sillas de ruedas, desfibriladores o máquinas de oxigeno. Con el 6G se podrían levantar fábricas enteras donde el factor humano desaparece por completo de la producción.
Si eso es deseable o no, se puede estudiar en otro lugar de la UMA. Ya sería, por ejemplo, en la Facultad de Filosofía.
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