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Bouteille aúpa al Unicaja ante un rocoso Joventut
En su primer gran partido de cajista, con 19 puntos en el último cuarto para un total de 28, conduce al cuadro malagueño a jugarse el pase a semifinales el martes ante el Baskonia (89-98)
Costó que el Joventut sacara la bandera blanca y se rindiera. En realidad no lo hizo hasta minuto y medio para el final, pero el Unicaja, liderado esta vez por sus tiradores, cumplió el guión previsto (89-98) para jugarse el pase a semifinales mañana (15.30 horas) contra el Baskonia. Un Bouteille desatado, con 19 puntos en el cuarto final, para un total de 28, marcó la diferencia en su primera gran actuación con el cuadro malagueño. De menos a más, tras un primer tiempo desastroso de nuevo en el tiro exterior, los pupilos de Casimiro le regalaron una victoria en su 60 cumpleaños y acabaron soltándose el pelo en ataque, en un reparto de mandobles en el último cuarto, un increíble 33-37 de parcial.
El Unicaja partió con un planteamiento distinto. Más allá de la sobrecarga muscular que dejó a Thompson fuera de la contienda, sólo Bouteille y Gerun repitieron de salida, junto a Díaz, Brizuela y Simonovic, pero a diferencia de lo que se ha estado viendo en el torneo los pupilos de Casimiro salieron menos intensos. Defensivamente, el equipo sólo fue a más con el paso de los minutos, de ahí el 14-3 de salida del Joventut, todavía sin Prepelic y con Morgan y Dimitrijevic crecidos. Casimiro optó por dar confianza a las rotaciones y esperar para pedir ese primer tiempo muerto de cajón, pero la falta de rigor se pudo apreciar en un par de penetraciones acertadas del pequeño y barbilampiño base macedonio del Joventut o en dos errores de bulto en casi un minuto: un despiste de Waczynski en un balón puesto en juego desde la banda o una opción de contraataque tras pérdida de Suárez, para otro inquietante 20-13 para acabar el primer cuarto, de largo el peor del equipo en esta Fase Final.
Sólo Brizuela sostenía al Unicaja, pero en el segundo parcial el equipo se rearmó con la presencia de Mekel en la dirección y la aportación de Adams en ataque. El cuadro malagueño mantuvo ya una distancia menor en el electrónico, se empleó en las ayudas defensivas frente a Prepelic, que estaba jugando menos minutos de lo esperado (tuvo problemas musculares a comienzos de semana), y sólo Dimitrijevic seguía campeando libre y haciendo de las suyas, como en una jugada coral con pase final doblado a Omic. Cuatro puntos seguidos de Bouteille y otra canasta del debutante Ejim dieron la primera renta en el partido a los cajistas (34-36) a medio minuto del descanso y, aunque los triples no le estaban funcionando al Unicaja, fue un tiro exterior, de Alberto Díaz aprovechándose de un bloqueo, el que permitió irse al intermedio a su equipo con la mayor ventaja disfrutada hasta entonces: 36-39.
Parecía que la victoria iba a ser sólo una cuestión de lógica y e paciencia. El transcurso de los minutos sólo podía ir en favor del Unicaja, a poco que estuviera inspirado. Su rotación es superior a la del cuadro de Badalona, que ha acudido a este desenlace liguero mermado por las salidas de Wroten y Harangody y reforzado en Valencia con los canteranos Zagars, Parrado o Busquets para reunir a doce. Pero al Unicaja le costó roer su presa, a pesar de que los triples empezaban a entrar. Ocho puntos de Suárez casi seguidos seguían siendo insuficientes para su equipo, porque en el otro lado emergió su 'jugador franquicia'. Prepelic, que también ofició de base, se empezó a calentar y mantenía la tensión. En el tercer cuarto llegaron hasta cuatro triples (uno también de Brizuela y otro postrero de Ejim) para los cajistas, pero ni con esas se despegaban en el marcador, con una bandeja sobre la bocina de Zagars (56-61).
Un 0-7 de salida del Unicaja en el cuarto final parecía ser la brecha definitiva (56-68). «¡Es el momento!», les repitió a los suyos Luis Casimiro al final del tiempo muerto de Carles Durán... pero tampoco. Apareció entonces la figura de Morgan para evitar la rendición. Doce puntos del irlandés en el periodo crucial sostuvieron a su equipo y llegaron a reducir la desventaja a tres, frente a un Bouteille ya 'on fire', que se fue hasta los 28 puntos (tope en esta Fase Final). La ayuda de los tiradores, tan añorada en el torneo, llegó en este partido y permitió que el cuadro de Los Guindos sentenciara al fin el choque con un parcial de 3-13 (renta máxima, trece, para un 73-86) y cumpliese con el guión: se jugará la plaza de semifinales mañana ante el Baskonia. Si no falla luego ante el Bilbao, claro está.
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