Suárez está de vuelta, el Unicaja va para arriba
El Unicaja empieza a coger los automatismos que se le presuponían a comienzos de temporada. Llegado noviembre, el cuadro malagueño comienza a vislumbrar su potencial ... ofensivo y defensivo. La penúltima pieza que quedaba por encajar, Carlos Suárez, resultó vital para el triunfo frente al Obradoiro. Aún sigue de baja Milosavljevic y Mekel no está, pero Luis Casimiro ya tiene los suficientes hombres para desplegar el juego que desea.
Hasta ahora habíamos visto de lo que era capaz de hacer este Unicaja en ataque, pero por fin desplegó sus dotes defensivas con el regreso de Suárez a su nivel. Pocas veces una estadística tan paupérrima dio para tanto. Vean si no: el ala-pívot madrileño sólo jugó 10 minutos y 50 segundos y apenas consiguió un punto de valoración. Pero sus números en la cancha son intangibles, de ahí que con él en la pista su equipo sumara un +16 de renta, el que más de la plantilla, junto a Waczynski, lo que tampoco es una novedad, aunque sí que se le echara de menos primero por su lesión y después por su falta de ritmo y por último por decisión técnica. Suárez está de vuelta, y con él su actitud defensiva, su quehacer sacrificado y su impronta en el colectivo, y el Unicaja va para arriba.
Y es que este Unicaja ya tiene su quinteto titular definido, relevos de garantía y un cinco final claro que difiere del que empieza los encuentros. Ahí va un ejemplo: Francis Alonso sostiene al equipo hasta el ecuador del choque y Brizuela remata al rival. El malagueño anotó 17 puntos en 18 minutos, mientras el guipuzcoano se fue hasta los 21 puntos en 22 minutos. Así da gusto. Pero hay una diferencia: el canterano necesitó solo ocho tiros para anotar tanto, mientras su relevo miró al aro contrario el doble de ocasiones, concretamente 17. Ahí radica el valor de Francis Alonso, un anotador compulsivo, básico en los esquemas de este Unicaja.
Hoy, eso que llaman el baloncesto moderno, no se entiende sin los triples, por eso el Unicaja fue siempre a remolque, porque en el primer cuarto solo anotó uno y se vio diez puntos abajo en el marcador, cuando en los siguiente diez minutos acertó cuatro tiros lejanos llegó igualado al descanso; como en la reanudación solo logró dos más no se despegó de su rival, pero cuando en el último cuarto anotó tres triples más y se fajó en defensa se produjo una combinación letal que desarmó al brillante conjunto gallego, que fue ganando más de 29 minutos, de ahí el mérito del cuadro local, que por fin se estrenó en casa, una rémora que le puede costar caro cuando finalice la primera vuelta de la competición.
Es verdad que hasta ahora se está cumpliendo una máxima peligrosa, que es que el mejor pívot del rival hace unos números de ensueño. Tenía muchas ganas de ver el duelo Nzosa-Birutis, pero el congoleño solo jugó apenas dos minutos, superado por el lituano, que realizó una primera parte para enmarcar, sumando 24 de valoración de los 50 de su equipo al descanso. Luego se demostró que la defensa ante un hombre así tiene que ser de ayudas, de esfuerzo colectivo, de sacrificio conjunto, y el MVP de septiembre ya no resultó determinante.
Como espetó Luis Casimiro al final del choque, el Unicaja ha ganado 7 de los últimos 8 partidos (desde el 6 de octubre solo perdió frente al Tenerife), y no es casualidad que en este periodo haya ido recuperando jugadores: primeros los lesionados, y luego los ausentes, porque ya todos los que están en pista aportan, ahí está Gerun, maximo reboteador de su equipo, con seis capturas, y además con un balance +/- positivo, lo que no ocurría al principio. Es el mejor indicador de que este Unicaja ha reaccionado a su pésima puesta en escena en la temporada y ya escala hasta los puestos nobles.
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