Ibon Navarro: «El Unicaja es digno merecedor de esta Copa del Rey»

Abrumado por la emoción de lo logrado, juntó su habitual valoración del encuentro para poner el foco en otras cosas más importantes para él. De lo que hay de puertas para dentro. Valoró el trabajo de su 'staff' para que todos llegaran enchufados. De esos trabajadores invisibles que propician que todo vaya sobre ruedas: «Juegan cinco contra cinco... Nos hemos repuesto a muchas cosas. A un control del rebote del Madrid, a la pérdida de Alberto en el descanso, a la de Barreiro, que lo ha intentado al comienzo del tercer cuarto, que no estaba, aunque hubiera dicho que sí. Y han aparecido jugadores nuevos, que no habían aparecido ni ayer ni el jueves. Estoy especialmente contento con el partido de Kravish, y hay que mencionar a los preparadores físicos y a los fisios, que prepararon unas semanas a David para ponerlos a punto. Ha vuelto y ha jugado un partido increíble. Es mérito de esta gente. Al final la Copa del Rey va de esto, de tener el máximo número de jugadores disponibles. Lo mismo ha pasado con Nihad Djedovic, que ha estado muchas semanas lesionados. Hoy nos ha ayudado muchísimo. Ha sido una victoria de equipo, una vez más».

Reflexionó, acto seguido, sobre lo que significa ser un equipo ganador, que es en lo que se está convirtiendo el Unicaja: «Nunca puedes decir que hay un punto de inflexión en el que te conviertes en ganador. Esto es un proceso, y cuando de diez partidos ganes la mitad te has convertido en más ganador que perdedor. No hay un momento en el que eso ocurra. Hay que intentar seguir disfrutando de este proceso, porque al final es el secreto de este equipo».

De los tres títulos que ha conseguido su equipo esta temporada, dos se los ha ganado al Real Madrid en la final. A uno de los gigantes de siempre de la ACB. Eso sí, para él cada partido a tenido connotaciones diferentes. Así lo explicó: «Hay que contextualizar. Nosotros vamos a la Supercopa con un nivel competitivo mucho mayor que el Madrid porque preparamos la Intercontinental con un nivel muy especial, y eso nos llevó a tener, digamos, un trabajo de base peor para el inicio de Liga, pero nos dio un ritmo competitivo mucho mayor. Lo de hoy sí tiene mucho más mérito, pero la Copa del Rey es especial. Estos equipos, cuando te los encuentras a final de temporada en los 'play-off', es mucho más difícil. Son palabras mayores».

Profundizó también en los problemas que han tenido Alberto Díaz y Barreiro, cuyos cuerpos dijeron 'basta' tras el descanso por el importante desgaste físico al que se sometieron en la final ante el Tenerife: «Si fuera por cansancio te aseguro que no habrían dicho nada. Alberto hizo ayer un esfuerzo sobrehumano y hoy teníamos que ir con un poco de cuidado. Lo quisimos cambiar, pero el juego no se paraba y le dio. Y Jonathan ha tenido un problema en el gemelo. Ayer hizo un esfuerzo importante. Son cosas que no quieres que te pasen porque tenemos cuidado con estas cosas, pero seguro que ahora mismo no les duele absolutamente nada».

Igual que en la final de la Supercopa, reconoció que con buenos jugadores (y buenas personas) es más fácil que ocurran cosas como las de esta noche de domingo: «Tengo 14 tíos muy buenos, y a veces lo que tiene que hacer el entrenador es no molestar demasiado. Los entrenadores muchas veces somos gestores de personas que instructores técnico-tácticos. Es más difícil todo eso que dar con la clave de cómo ganar un partido. Con buenos jugadores es más fácil ganar. Es una cuestión de que todos sientan que son importantes y que confiamos en ellos».

El Unicaja, dijo, pasará ahora a otro nivel, con sus cosas buenas y sus cosas malas. «Cuando un equipo es exitoso tienes que asumir un rol diferente. Los demás piensan que no tienen nada que perder contra ti y eso te exige más. No puedes fallar. Hay que asumirlo. Tiene una parte buena, que son estos trofeos, y la mala, que es que te conviertes en un equipo del siguiente nivel. Pero lo más importantes que no pierdas la humildad y el hambre», asumió. Y echó la vista a su pasado más lejano, valorando, más aún todo el proceso que lo ha llevado hasta aquí: «Cuando estás de asistente lo peor que puedes hacer es pensar en estas cosas. Tienes que ser una esponja».