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La plantilla del Estepona que ha conseguido el ascenso. JOSELE
Baloncesto

Una deuda histórica que queda saldada

El CAB Estepona logra la gesta y se convierte en el primer club malagueño que asciende a la élite del baloncesto femenino español, el sueño por el que tantos equipos de la provincia llevan luchando desde que se pusiera la primera pieza en los años 60'

Marina Rivas

Estepona

Domingo, 18 de mayo 2025, 19:30

Se hace difícil explicar cómo una de las provincias con mayor número de licencias en esta disciplina y con tanta tradición baloncestística, nunca haya llegado a formar parte de la élite española en categoría femenina. Son varios los equipos que han logrado acceder al segundo escalón nacional, alguno, incluso, peleó en la fase de ascenso por acceder a la máxima división, sin embargo, el sueño de la afición provincial por tener una referencia femenina en lo más alto, siempre murió en la orilla… Y principalmente, por falta de apoyos económicos. Pero al fin, este 18 de mayo de 2025, se ha saldado esta histórica deuda con el baloncesto malagueño.

Realmente, fue un día antes cuando se confirmó la noticia. Tras ganar el Unicaja Mijas y el CAB Estepona sus respectivas semifinales en la presente Final Four de la Liga Challenge, ambos aseguraron que la plaza en la Liga Femenina Endesa se quedaría sí o sí en la provincia. Sólo faltaba definir qué equipo haría historia, y ese fue el CAB Estepona, que se impuso en la final de este domingo en el pabellón La Lobilla de su localidad. Así las cosas, el conjunto de Francis Tomé no sólo llevarán el nombre de Málaga a la élite, sino también el de toda Andalucía, que tampoco contaba con representación en la máxima categoría.

Una gesta que al fin honra el trabajo de tantas jugadoras, técnicos, directivos e impulsores del baloncesto femenino malagueño que, durante décadas, han peleado, sin suerte, por llegar hasta aquí. Cientos de personas que, con su ejemplo y lucha, han sentado las bases de este sueño colectivo para Málaga. La historia de nuestro baloncesto femenino es intrincada, compleja. Está llena de vaivenes, fusiones, cambios, y como mencionábamos, por falta de recursos.

El Unicaja - Universidad de Málaga (antes conocido como Tokiauto Asunción), el Gibralfaro (pionero) y El Palo ARCHIVO SUR
Imagen principal - El Unicaja - Universidad de Málaga (antes conocido como Tokiauto Asunción), el Gibralfaro (pionero) y El Palo
Imagen secundaria 1 - El Unicaja - Universidad de Málaga (antes conocido como Tokiauto Asunción), el Gibralfaro (pionero) y El Palo
Imagen secundaria 2 - El Unicaja - Universidad de Málaga (antes conocido como Tokiauto Asunción), el Gibralfaro (pionero) y El Palo

La primera piedra del baloncesto malagueño la puso el Gibralfaro liderado por Chiqui Zaro, en unos complicados años 60 controlados por el régimen franquista. Posteriormente, recogieron su testigo el Medina Málaga de Jesús Bonilla y Alfonso Queipo de Llano y en la Transición, el Juventud de Málaga, de nuevo liderado por Bonilla. Hubo una época de esplendor a finales de los 80 e inicios de los 90, cuando tres equipos de a provincia convivieron en la segunda división (entonces llamada Primera B): el Caja de Ronda, de Amandi Paterna y Amador Quintana; el Juventud, de Bonilla, y el Tokiauto Asunción, de Manuel Castillo (director de SUR).

Y fue este último combinado dirigido por Castillo (también fue ayudante de Javier Imbroda en el Unicaja) y renombrado como Unicaja-Universidad de Málaga, el que más cerca estuvo de conseguir el sueño del ascenso. Llegó a pelear hasta en cuatro fases de ascenso a la máxima categoría, pero la falta de apoyos económicos truncó su destino, impidiendo que aceptase esa plaza en la élite.

El Universidad de Málaga, el Asisa Alhaurín de la Torre que consiguió el ascenso, y el Unicaja, en su último ascenso a la Liga Challenge. ARCHIVO SUR
Imagen principal - El Universidad de Málaga, el Asisa Alhaurín de la Torre que consiguió el ascenso, y el Unicaja, en su último ascenso a la Liga Challenge.
Imagen secundaria 1 - El Universidad de Málaga, el Asisa Alhaurín de la Torre que consiguió el ascenso, y el Unicaja, en su último ascenso a la Liga Challenge.
Imagen secundaria 2 - El Universidad de Málaga, el Asisa Alhaurín de la Torre que consiguió el ascenso, y el Unicaja, en su último ascenso a la Liga Challenge.

Tras esta etapa de gloria, hubo un bache en la historia, y no fue hasta finales de los 90 e inicios del nuevo siglo cuando volvió a florecer el baloncesto femenino malagueño, de nuevo con dos equipos coexistiendo en la segunda división: El Palo, de Ángel Sánchez Cañete y después Fernando Carrasco y el UMA, que subió a esta categoría con Ricardo Bandrés. Estos equipos acabarían fusionándose, dando lugar a la UMA de Manolo Povea, que descendió en la campaña 2001-02, per regresó al segundo escalón en 2005 con Antonio Sánchez, 'Ñipi' al frente del banquillo.

Tras esta etapa, de nuevo llegó otra desértica de buenas nuevas. Hubo que esperar hasta la temporada 2018-19 cuando volvimos a vivir otra alegría gracias a un proyecto ya extinto (de nuevo por falta de apoyos económicos) pero entonces revolucionario: el Asisa Alhaurín de la Torre de Francis Trujillo, que ascendió a la Liga Femenina 2 y destacó especialmente por hacer los primeros fichajes norteamericanos que recalaban en un equipo malagueño. Sin embargo, tal cual subió, descendió, y ocupó su puesto en segunda un Unicaja Andalucía recién creado (junto a toda la sección femenina de la entidad) en 2017. Un equipo basado en el talento de la cantera y guiado por Lorena Aranda 'Peque', que hizo historia por su meteórica evolución. Un año después de aquel ascenso, le acompañó en la categoría el CAB Estepona de Quique Gutiérrez.

El Unicaja Mijas y el CAB Estepona, en esta Final Four de la temporada 2024-25. JOSELE

Sin embargo, una reestructuración por parte de la Federación Española provocó la creación de una nueva Segunda, la Liga Challenge, y el descenso del CAB Estepona y el Unicaja a la tercera categoría, que pasó a ser la LF2. Sin embargo, el club esteponero dio un paso adelante a nivel económico y adquirió en los despachos una plaza para la nueva Liga Challenge, en la que ha estado desde la temporada 2021-22 y en la que, durante dos años, fue el único malagueño. Esta reestructuración también sentó como un jarro de agua fría al Asisa Alhaurín de la torre, que en 2021 logró ascender de nuevo, pero dado el cambio de categorías, se quedó en LF2, con Francis Tomé a los mandos del equipo ascendido. Por su parte, logrando el tercer ascenso de su historia en apenas siete años de existencia, el pasado curso 2023-24, el Unicaja Mijas con Jesús Lázaro al frente subió a esta Liga Challenge. El resto, es historia, la que ha escrito el Estepona con su histórico ascenso a la élite del baloncesto femenino nacional. El futuro parece brillante, pues el club cajista lo volverá a intentar también la próxima temporada.

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