La dura 'cuesta de enero' que se avecina en la Liga Endesa
La mayoría de los clubes, entre ellos el Unicaja, ya se plantean una rebaja salarial a sus jugadores por el impacto de la pandemia en sus cuentas
La pandemia del coronavirus no está impidiendo que los aficionados puedan seguir disfrutando del baloncesto. Lo hacen desde el sofá de sus casas ante la ... imposibilidad de acudir a los estadios, pero lo hacen. Los clubes y los jugadores están sorteando como pueden los contagios y las competiciones, contra todo pronóstico, están saliendo adelante. A pesar de esto, dentro de esta aparente normalidad, se esconde un grave problema económico que se va a hacer evidente y público en el próximo mes y medio en la mayoría de los equipos de la Liga Endesa, incluido el Unicaja.
La posibilidad de acometer rebajas salariales en las plantillas es una opción que ya manejan casi todos los clubes y que puede hacerse realidad a comienzos del próximo año. El importante descenso de ingresos por varias vías es la explicación de esta decisión que afectará a la mayoría de jugadores, que no a todos.
Hay que recordar, que en pleno confinamiento cuando se canceló la temporada, los equipos echaron mano de los ERTE o negociaron acuerdos con los profesionales para asumir la ausencia total de actividad. En el caso del Unicaja, el acuerdo de rebaja salarial fue de entre un 10 y un 17% y sólo afectó al cuerpo técnico y los jugadores de la primera plantilla. Aquello permitió un ahorro de unos 400.000 euros.
Superado el verano, los clubes esperaban un panorama distinto al que se están encontrando. La evolución de la pandemia ha impedido el regreso de los aficionados a las canchas y esto cierra el grifo de los ingresos por venta de abonos. En agosto se hablaba de que podría haber partidos con un 30% de aforo sobre el total de los pabellones. Así se pronunciaba incluso el presidente de la Liga Endesa, Antonio Martín. «Debe ser una vuelta progresiva, no podemos pasar de la nada al todo», decía. Pero el Consejo Superior de Deportes, que se reservó las competencias para el fútbol y el baloncesto profesional, no dio luz verde. La situación sanitaria empeoró y aquel mensaje esperanzador y optimista queda ya lejano. A día de hoy es complicado que el público vuelva a las canchas en los próximos meses, aunque haya habido partidos como los de la Eurocup en los que la presencia fue testimonial: 225 personas.
Los pabellones son otra vía de ingresos para los clubes por la venta de publicidad en distintos formatos y soportes. Con las canchas cerradas esto tampoco se ha podido explotar. Al final de año llega la hora de los balances económicos y de hacer previsiones, que no son nada buenas, de ahí que las rebajas salariales se vayan a hacer efectivas.
Las principales agencias de representación, que al final son las que tienen que lidiar con clubes y jugadores, están ya al tanto de esta situación. En el caso del Unicaja, no afectará a todos los jugadores. Los que aceptaron renovar a la baja en verano o firmaron contratos nuevos, se entiende que ya asumieron el nuevo escenario. Sin embargo, hay un grupo importante de profesionales con contratos rubricados antes de la pandemia, que serán los principales afectados. La clave será cómo se negocia con ellos y si el Unicaja oferta algún tipo de compensación futura para que asuman la rebaja salarial. No será fácil.
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