El encomiable esfuerzo de la afición del Unicaja para llegar a Belgrado

Se podría decir que la afición del Unicaja ha llegado a Belgrado por tierra mar y aire. La hinchada malagueña ha buscado todo tipo de fórmulas para poder apoyar a su equipo en la gran cita que se disputa en la capital de Serbia, pese a las complicaciones del desplazamiento y, en algunos casos, el alto precio del mismo.

El grueso de la expedición llegó en el vuelo chárter que fletó el club, pero también un importante contingente lo hizo en un vuelo regular en el jueves, incluido un grupo de aficionados que aprovechó la cita para celebrar una despedida de soltero.

Pero ha habido muchos que han utilizado otras ciudades europeas para hacer escala y, de paso, abaratar el trayecto. Fue el caso de la familia Pastrana, que, desde Viena, se desplazó por carretera a Belgrado. El mayor problema que tuvieron fue al cruzar la frontera en Serbia, donde tuvieron que esperar más de dos horas. Jesús, junto con sus hijos David y Pablo, reconocieron que fue complicado, pero que mereció la pena para ver al Unicaja. Más cómodo fue el viaje, también por Carretera desde Sofía, de Estrella y Ezequiel, una pareja que colocó la bandera de Málaga en la grada nada más llegar al pabellón.

La afición del Unicaja está ubicada en la grada junto a la ruidosa hinchada del Peristeri, de largo la más numerosa y que rondaba los mil y que no paró de jalear a su equipo desde bastante antes del comienzo del partido. Había más aficionados griegos que de los tres equipos españoles, lo que ofrecía un aspecto desolador en un pabellón con capacidad para 24.500 espectadores.

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