Descarga a descarga hasta los mil millones

«La empresa la fundamos cuando estudiábamos en la Universidad de Málaga, yo 1º de Ingeniería Informática y allí conocí a mi socio Pepe», cuenta a Innova+ Luis Hernández, fundador de la empresa. «Nosotros ya programábamos y hacíamos aplicaciones, y no veíamos que hubiera una forma fácil de conectar aplicaciones con usuarios y decidimos montar un portal para poner en contacto a esos dos grupos».

Como tantas otras startups célebres, estos jóvenes programadores tuvieron que dejar sus estudios porque se pasaban el día programando en lugar de preparar sus exámenes. Pronto recibieron un premio y eso aceleró el curso de los acontecimientos: UpToDown pasó de ser un proyecto a convertirse en una realidad.

Empezaron a crecer, contrataron a algunos empleados más, empezaron a pagar sus primeras nóminas, y lo más destacable, sin ningún tipo de inversión o capital ajeno, todo con recursos propios, indica el fundador.

La clave del éxito para esta empresa fue darse cuenta antes que nadie de que el futuro era móvil. «En el fondo hacemos lo mismo, que es distribuir aplicaciones pero es verdad que en el 2003 solo había PC, que es como empezó la empresa, y cuando vimos la oportunidad en la industria de las aplicaciones móviles fuimos los primeros en movernos al nuevo sector», dice Hernández. Ya tenían la experiencia de cómo relacionarse con los autores de las aplicaciones, cómo hacer que la plataforma fuera útil para el usuario, cómo construir el cargador... y todo eso lo aplicaron al móvil. «Fuimos los primeros en hacerlo y cuando, hace cuatro años, pegó todo el subidón, a nosotros nos pilló en la cresta de la ola».

Así, pasaron de ser una aplicación más de descargas a ponerse justo por detrás de Google, aunque a decir verdad, muy lejos de ellos. Pero aún tuvieron que superar una crisis de reputación, que no les afectó a ellos directamente sino a Softonic, similar a UpToDown en apariencia pero no en modelo de negocio.

Superar aquel bache, reconoce Hernández, «ha sido de lo más difícil. Nuestra estrategia es mucho más a largo plazo que la de Softonic, que no digo que esté mal, pero en principio ellos tenían otros objetivos. Nosotros somos independientes y una startup pequeñita en realidad porque, aunque tengamos mil millones de descargas al año, la estructura de la empresa la formamos diez personas. Eso nos permite no ser más agresivos con el modelo de negocio y funcionar con publicidad en la página».

Softonic, una de las empresas españolas de internet más exitosas, ofrecía descargas gratis a cambio de insertar adware (programas que mostraban publicidad) en el ordenador del usuario. Aquel modelo, junto a la lentitud al adaptarse al modelo móvil, provocó un cataclismo en el otoño de 2014. «Lo de Softonic ha repercutido negativamente porque tenían mucha visibilidad», explica Hernández.

¿A por Google?

«Una de las cosas que hicimos para evitar esa mala reputación fue colaborar con Google a través de VirusTotal, una compañía de Málaga creada hace tres años que lleva toda la parte de seguridad de Google». Cuando surgió la crisis, alcanzaron un acuerdo con ellos para revisar todo su catálogo, unos 200.000 ficheros, con 50 antivirus, con la intención de ofrecer seguridad a los usuarios.

La empresa ha ido creciendo desde los dos socios iniciales hasta diez personas, más los colaboradores que ofrecen sus servicios (principalmente de traducción) desde el extranjero. «Como tenemos el sitio en varios idiomas, para gestionar las comunidades tenemos grupos de dos o tres personas para cada idioma, pero en remoto: tres personas en China, tres personas en Brasil y así cada vez más. En total somos 42 personas», explica Hernández.

Ahora, el objetivo a corto plazo de UpToDown es llegar a los 100 millones de usuarios mensuales y consolidar su posición de cara a ofrecer una alternativa a Google, una tarea que se antoja inconmensurable. Pese a ello, desde la empresa indican que «nuestro reto es abrir el mercado de aplicaciones móviles y que no esté concentrado. Google tiene 100.000 millones de descargas todos los años y nosotros 1.000 millones, es decir, somos un 1% de todo el negocio y somos los segundos, no hay nadie por encima de ese 1% de Google».

La cosa ha cambiado mucho en estos doce años, y ni ellos son ya la misma empresa que cuando empezaron, ni sus retos y rivales son los mismos, aunque dentro de esta vorágine, Hernández reconoce haber conservado su filosofía: «Tener un catálogo muy accesible, desde cualquier país del mundo y para cualquier tipo de contenido, pero en vez de para escritorio para móvil».