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El 'Efecto 2000' llega al GPS

Los dispositivos más antiguos sufrirán errores. Su contador interno se pondrá a cero, como ocurrió con los ordenadores

antonio paniagua

Sábado, 6 de abril 2019, 00:17

Hace justo 20 años, medio mundo andaba sobresaltado. Aunque Internet estaba en sus albores, el ordenador ya era hegemónico. De repente, se planteó un problema en el que nadie aparentemente había reparado. Con el cambio de milenio, las computadoras y demás dispositivos electrónicos no sabrían qué hacer con la variación de fecha, una circunstancia que había pasado inadvertida a los programadores. Al final no pasó nada, entre otras cosas porque se invirtieron tiempo y dinero para que los usuarios actualizaran sus aparatos. Ese espíritu entre milenarista y apocalíptico reverdece ahora con los GPS, que deben afrontar un desafío parecido al de antaño. Como ocurre con algunos cuentakilómetros, que pasan de 99.999 a cero, el calendario de los viejos navegadores también pondrá el contador a cero. Del desajuste se librarán los teléfonos inteligentes que disponen de aplicaciones para orientar al conductor, peatón o ciclista. Estos móviles, que han relegado a los navegadores clásicos a un papel secundario, se actualizarán de forma automática.

Este sábado 6 de abril, los GPS llevarán a cabo una transición en el formato de la fecha que utilizan para medir el tiempo. El sistema que se emplea y que procede de la década de los setenta llegará al límite de semanas que puede contar. Acontecerá el fenómeno denominado GPS Week Number Rollover (WNRO), que se registra cada 19 años. Según TomTom, uno de los mayores fabricantes de sistemas de navegación, al quedar el calendario en cero, el reinicio da lugar a una «mala comunicación entre los satélites GPS y los chips receptores», que perderán capacidad para «procesar ciertas funciones». De esta manera, algunos dispositivos harán una especie de regreso al pasado. Pero no todo son malas noticias: la mayoría de las empresas tecnológicas ofrecen a sus clientes la opción de poner al día sus dispositivos mediante la descarga de programas.

Del desajuste se librarán los teléfonos inteligentes que disponen de aplicaciones para orientar al conductor, peatón o ciclista

Garmin, otra de las compañías punteras del sector, se muestra confiada y mantiene que pocos de sus equipos se verán afectados. La empresa argumenta que desde hace años trabaja en esta contingencia, de modo que sus dispositivos sortearán el incidente.

Los aparatos con más de ocho años y carentes de garantías no tienen solución. En tales casos, los GPS seguirán funcionado, si bien no marcarán la hora estimada de llegada ni la hora del reloj. El fallo obedece a que el sistema GPS es solo capaz de retener en su memoria 1.024 semanas, dado que su sistema se desarrolla con 10 bits. Así, las cosas, cada 19, 7 años se produce el mismo problema.

Tom Willems, miembro del Real Instituto de Navegación de Reino Unido, considera muy improbable que los dispositivos transmitan datos erróneos de geolocalización, si bien no lo descarta por completo. Todo está supeditado al fabricante y la antigüedad del equipo.

En Estados Unidos ya están pensando en modernizar el sistema con una construcción de 13 bits, en lugar de los 10 actuales. Ello permitiría almacenar en la memoria el número de semanas suficientes para que el cambio que se registrará mañana no se produzca hasta el año 2137.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha sido contundente al pedir una solución. Para la entidad, los fabricantes de equipos con más de ocho años que no dispongan de actualización deben informar y «facilitar una alternativa a sus clientes».

El modelo americano

Frente al sistema de posicionamiento GPS, inventado en EE UU, hay otras opciones. Europa ha apostado por el Galileo, Rusia por el Glonass y China por BeiDou, sistemas que no resultarán afectados por el cambio de era de mañana 6 de abril, aunque la inmensa mayoría de los equipos existentes en el mercado conectan con el modelo americano.

«Los fabricantes deben informar y facilitar una alternativa a sus clientes»

Al margen de los navegadores de automóvil, hay cientos de aplicaciones que utilizan el GPS, desde las financieras a las de comunicación inalámbrica. Los expertos alertan de que todos esos sistemas críticos deberían estar parcheados hace meses o años para escapar del nuevo 'Efecto 2000'.

El GPS funciona gracias a la red Navstar, una constelación de satélites que en un principio tenían una finalidad militar. Fue en los años 80 cuando se decidió abrir esta tecnología a usos civiles. El problema es que los satélites no son totalmente precisos, aunque los errores están en camino de ser solventados. Con el lanzamiento de nuevos módulos GPS III, la navegación tendrá errores marginales, de apenas centímetros. Para no llamarse a engaño, el mercado fundamental del GPS III no está tan pensado para el conductor común como para el ámbito militar, donde se espera la creación un sistema más resistente a las interferencias.

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