

Secciones
Servicios
Destacamos
Veamos en este capítulo diez curiosidades que todo malagueño culto debería conocer:
1La casa habitada más antigua de Málaga es el Palacio de Salinas, en la calle homónima número 6. El edificio data del siglo XVI y ha sufrido numerosas rehabilitaciones, la última en 1993.
2Aunque hoy nos parezca increíble, en Puerta Nueva existió una plaza de toros con capacidad para unas tres o cuatro mil personas. Funcionó hasta 1837. En septiembre de 1839 se celebró la última corrida de toros de la plaza de la Constitución, con un balance de varios muertos y heridos como consecuencia de un tumulto y de la precariedad de las instalaciones. Durante un tiempo, la calle Nicasio Calle se conocía como calle del Toril porque en ella se encerraban, vallándose los extremos, los toros que habían de lidiarse en la plaza de la Constitución, entonces de las cuatro calles. En agosto de 1840 se inauguró la plaza de Álvarez, entre la calle Carretería y el río, más moderna y segura.
3Vayamos ahora de Puerta Nueva a Puerta del Mar. Hasta el siglo XVII existió una pequeña capilla junto a la misma puerta. En ella se celebraba misa los días festivos para la gente de la mar, hasta que un día un aire muy fuerte arrebató la Sagrada Hostia de las manos del sacerdote que oficiaba. Desde entonces ya no se celebraron más misas en Puerta del Mar.
4La cuarta curiosidad trata de mujeres pioneras y adelantadas a su época. La primera médica que hubo en Málaga se llamaba Francisca Medina Verdeja, conocida como Fanny. Tras superar los cinco cursos de bachillerato en solo dos años en el instituto de Málaga, estudió medicina en Cádiz, donde se licenció en 1918. Fue la primera doctora colegiada en Málaga en 1928. Como cuenta Ana María Espinar en su muy recomendable Historia y anécdotas de Málaga y sus gentes, recientemente publicado, tan raro era que hubiera una doctora en aquellos años que en la Guía de Málaga de 1930 su nombre aparece como Francisco en vez de Francisca. Por otro lado, la primera mujer farmacéutica malagueña fue Concepción Lazárraga, hija del conocido doctor Pablo Lazárraga. Tuvo su farmacia en la calle Santa Lucía, junto a la Librería Denis, desde 1923 hasta que falleció en 1967.
5La calle más estrecha de Málaga (y que me perdonen los vecinos del Palo y de Pedregalejo) es la calle Don Juan de Málaga, frente a la Aduana. Este autor ha podido comprobar personalmente que solo mide 87 centímetros en su parte más estrecha. Los aleros de los edificios casi se tocan, cual calle toledana.
6En 1939 solo había vuelos desde el aeropuerto de Málaga hasta Melilla, Tetuán y Sevilla. La persona interesada debía comprar los billetes en las oficinas de la compañía italiana Ala Littoria, en la calle Larios 6 (teléfono 4192). Como entonces pocos malagueños disponían de vehículo propio, los viajeros debían acudir a las oficinas tres cuartos de hora antes de la salida de cada vuelo para trasladarse al aeropuerto en los coches que tenía la empresa.
7El edificio más alto de Málaga sigue siendo la torre de la Catedral de Málaga, terminada en 1782. Mide exactamente 97 metros, uno más que la torre Mónica. Las futuras torres de Martiricos prometen batir este récord que nuestro primer templo ostenta desde hace casi 250 años. Ya veremos.
8Según el profesor Antonio Clavero, el primer alumno que tuvo el colegio de los Maristas se llamaba Rafael Poyatos Crespo. Él fue el primero en llegar a la primera sede que tuvieron los Hermanos Maristas en Málaga, en la calle Santa María, en el que el Obispado les había alquilado una parte del edificio. Rafael Poyatos se presentó a las ocho y media de la mañana del 1 de octubre de 1924, día de comienzo de curso. Poco después lo hicieron los hermanos Diego, Emilio y José Luis Narbona. La familia de Rafael Poyatos era la propietaria de una tienda de ultramarinos que había al principio de la calle Granada, llamada La Bola de Oro. Juan Cepas contaba que este chico hizo sus pinitos como torero y tomó el artístico nombre de «El Niño de la Bola».
9El primer libro impreso en Málaga fue Figurae Bibliorum Veteris Testamenti, de Francisco de Ávila. Salió de las prensas antequeranas en 1574, en una imprenta propiedad de un nieto de Antonio de Nebrija. Yo tuve la suerte de poder hojear un ejemplar en la librería anticuaria de Antonio Mateos
...
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.