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Peinan canas y cuentan ya los días para la jubilación. Con los hijos mayores y más tiempo para ellos, los mayores de 60 años de ... ahora no son los de antes. Muchos ya no tienen pareja por haber enviudado o haberse divorciado y disfrutan de una vida plenamente activa, también en el plano sexual. Pero esa realidad tiene una cara b, de la que advierten los especialistas: las infecciones de transmisión sexual (ITS).
En Málaga, entre 2022 y 2024, ha habido un aumento significativo de la incidencia en esta población, donde casi se han triplicado los casos de herpes genital (de 51 a 146), sífilis (de 268 a 610) y linfogranuloma venéreo -LGV- (de 19 a 62), y ha habido una «subida notable» en los contagios de clamidia (un 64% más) y gonorrea (69% de incremento), tal y como pone de relieve Javier de la Torre, coordinador del Plan Andaluz de ITS, VIH y SIDA 2023-2030 (PAITSIDA). Pero esta franja de edad es solo el reflejo, asegura este especialista en Medicina Interna, de la escalada generalizada de las ITS en toda la población, con un crecimiento global del 130-135% tras la pandemia.
Con la aparición del VIH en 1981, las ITS descendieron por el miedo a la infección. Pero hallado el tratamiento para esta enfermedad (finales de los 90), a partir del año 2000 hubo nuevamente un ascenso de las mismas. En principio, fue una subida lenta pero progresiva, que se aceleró en 2016. Con la llegada del Covid-19 los registros se desplomaron, debido a que los sistemas de vigilancia estaban tensionados y no se hicieron pruebas, pero superada la crisis sanitaria, la incidencia se disparó al retomarse las relaciones y comunicarse más caso, «gracias en parte a que hace tres años pusimos en marcha un nuevo modelo de abordaje de las infecciones de transmisión sexual centrado en la atención primaria, que se ha dotado de medios diagnósticos y se ha elaborado una estrategia de notificación», detalla.
Los factores que explican que estas ITS se hayan extendido tanto entre los mayores de 60 años hay que buscarlos, en primer lugar, en que la población llega en mejores condiciones a esta etapa. «La gente vive más, tiene una vida más activa y saludable y eso prolonga su actividad sexual», apunta De la Torre. A eso hay que sumar el uso de medicamentos para la disfunción eréctil y la tendencia a reiniciar relaciones tras superar una separación o enviudar. «El famoso Viagra y otros muchos que han salido permiten a la población tener una continuidad en sus relaciones íntimas, incluso en edades avanzadas». De la Torre recuerda que nunca como ahora fue tan fácil tener contactos sexuales gracias a las app de citas y no esconde su preocupación por un fenómeno creciente como es el 'chemsex' (consumo de drogas para facilitar o intensificar la actividad sexual).
Javier de la Torre
Coordinador del Paitsida
Esta nueva realidad, unida a la percepción de bajo riesgo y el poco uso del preservativo, bien porque ya no hay miedo a un embarazo no deseado o bien a una falta de hábito, contribuyen al aumento de contagios. «El problema es que las personas mayores no hablan del tema y los profesionales de la salud tampoco les preguntan. En este sentido falta formación. Además, esta generación de mayores no recibió ningún tipo de educación sexual y a menudo no son conscientes de los riesgos que conlleva tener otras parejas si no se toman las precauciones adecuadas».
La mayoría de estas infecciones de transmisión sexual suelen ser asintomáticas y, si dan la cara, lo hacen levemente y pueden malinterpretarse o confundirse con otras dolencias. «Sienten algunas molestias, como escozor o picor, pero no les echan cuentas», expresa el facultativo. «En concreto, la clamidia destaca por su alta incidencia y por ser asintomática en el 50-80% de los casos, lo que dificulta su detección, especialmente en mayores que suelen hacerse menos pruebas». Y la clamidia, en el medio y largo plazo, puede producir en jóvenes infertilidad y abortos y, en mayores, enfermedad pélvica inflamatoria con cuadro de dolor abdominal o molestias por las secreciones.
Todas las enfermedades de transmisión sexual se adquieren por el contacto con fluidos, pero en el caso del herpes genital, además, con el mero contacto, es decir, no hace falta penetración. «Es más, si la zona de la piel que está fuera del preservativo se toca y el virus está ahí, habrá contagio», advierte De la Torre. Tanto en el caso del herpes como en el VIH no hay cura, solo tratamientos de control, aunque en este último caso la incidencia ha bajado un 10% en Andalucía en este último año.
Las otras tres grandes ITS, que son la clamidia, el gonococo (bacteria causante de la gonorrea) y la sífilis, se curan, bien con un ciclo de pastillas de 7-14 días o bien con una inyección (en ocasiones, tres), aunque no dejan inmunidad y pueden volver a adquirirse.
De la Torre insiste en la importancia de la prevención no solo por los daños, en ocasiones graves, al propio afectado, sino porque pueden transmitir la infección a otras personas. Por eso son importantes las campañas de prevención, especialmente dirigidas a personas mayores; también la formación a los propios sanitarios; la promoción del uso de pruebas en personas que empiezan una nueva relación para evitar el contagio (en personas sexualmente activas es recomendable que se hagan un cribado todos los años y en aquellas que hayan tenido una nueva relación y no hayan tomado precauciones es aconsejable una prueba cada tres meses), y la concienciación de que ante cualquier síntoma es necesario acudir al médico de cabecera «pues contamos con medios para hacer estudios microbiológicos para detectar cualquier ITS y conocer el resultado entre dos y cinco días». «Gracias a esos cribados descubrimos muchos casos asintomáticos y con el tratamiento cortamos la cadena de transmisión, porque todas las ITS pueden producir múltiples problemas si no se cogen a tiempo, en el caso del VIH afecta a las defensas, la sífilis puede evolucionar y provocar ceguera; el gonococo desencadenar una enfermedad pélvica y la clamidia, infertilidad y abortos».
Por sexo, todas las enfermedades de transmisión sexual son más prevalentes en hombres que en mujeres, salvo la clamidia que se reparte al 50%. Sin embargo, sífilis y gonococo les afecta mayoritariamente a ellos, sobre todo a hombres que practican sexo con otros hombres (dos tercios de los casos). En cuanto a las zonas que registran mayor incidencia se encuentran las áreas metropolitanas y más cosmopolitas como Sevilla y Málaga, además del poniente almeriense y la costa de Huelva por la emigración, tal y como aprecia el especialista.
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