Secuestra a un fontanero y amenaza con explosionar una bombona porque el presupuesto era «un robo»

Ocurrió sobre las 12 del mediodía de este sábado 4 de noviembre en un edificio de la zona de Carretera de Cádiz, en Málaga capital. Alguien telefoneó a la Policía Local para alertar de que se habían producido dos detonaciones desde la ventana de un piso. La sala del 092 envió inmediatamente tres patrullas para comprobar la veracidad del aviso.

Al llegar, se encontraron con un hombre muy agresivo que decía que iba a explosionar una bombona de butano que colocó junto a la puerta de su domicilio, en el rellano de la escalera. Los policías locales subieron hasta la casa del individuo, sacaron la bombona del edificio y desalojaron todas las viviendas ante la posibilidad de que cumpliera sus amenazas.

Los agentes empezaron a conversar con él para intentar tranquilizarlo y que les dejara pasar al piso. El hombre aseguraba estar solo y que el arma que tenía no era de verdad, pero se negaba a abrir la puerta. No obstante, consiguieron que les lanzara el arma por la ventana, lo que les permitió comprobar que, efectivamente, era simulada.

Las negociaciones se prolongaron durante más de una hora. Los policías locales creían haber escuchado gritos de otra persona, por lo que le insistieron en que saliera para comprobar que no había nadie más dentro del piso y que él se encontraba bien. Pero el hombre seguía negándose.

Mientras el jefe del operativo de Policía Local hablaba con él, escuchó claramente la voz de una segunda persona que pedía auxilio, lo que encendió aún más las alarmas. El oficial aprovechó que se escuchaba el sonido de un móvil para pedirle su número al individuo e invitarlo a continuar la conversación por teléfono.

En esos instantes, llegó una patrulla de la Policía Nacional porque a la comisaría había llamado una persona diciendo que estaba retenida y amenazada dentro de la vivienda, lo que confirmaba las sospechas de los funcionarios que estaban actuando en el lugar de los hechos.

El mando de Policía Local telefoneó al sujeto y volvió a escuchar de fondo una voz. Entonces, el hombre admitió que dentro del piso también estaba el fontanero y, según las fuentes consultadas, aseguró que no lo iba a dejar salir hasta que se marcharan todos los agentes allí presentes.

Las negociaciones se encaminaron a lograr que abriera ligeramente la puerta para comprobar que ambos estaban bien. El hombre aceptó con la condición de que los policías bajaran al rellano de la planta inferior para mantenerlos a distancia.

Cuando abrió la puerta, dos agentes parapetados tras un escudo invertido y con ayuda del oficial al mando lograron bloquear la puerta antes de que él consiguiera cerrarla. Los policías empujaron para acceder al piso, pero él había colocado muebles para impedir la entrada.

En ese momento, solicitaron la intervención de una unidad del Grupo Operativo de Apoyo (GOA) de la Policía Local, que se hallaba en el lugar lista para actuar. El hombre se resistió y mostró gran agresividad, lanzando golpes con una silla y con otros objetos.

Los agentes lograron reducir al individuo y liberar al fontanero, que se encontraba en buen estado. La víctima les contó que el hombre le había amenazado con un arma de fuego -que resultó ser simulada- y con un cuchillo porque consideraba «un robo» el presupuesto que le dio.

Tras inspeccionar la vivienda, los policías comprobaron que no había más armas de fuego, aparte de la que les había lanzado anteriormente por la ventana. Sí que hallaron dos armas blancas que, según el fontanero, eran las que había utilizado para amenazarlo.