
La operación de la Guardia Civil en Miraflores destapa una red de producción de marihuana con 32 detenidos
La Benemérita detiene a 32 personas en Sevilla, Huelva, Granada y Málaga
La Guardia Civil tomó varias calles de la barriada malagueña de Miraflores el pasado martes día 20 en un operativo contra el narcotráfico. Las actuaciones llegaban desde la Comandancia de Sevilla, donde una investigación centrada en una red que presuntamente producía marihuana a gran escala llevó a los agentes hasta la capital malagueña. Ahora, según informan desde la Benemérita en un comunicado oficial, la presunta organización criminal ha sido desmantelada: hay 32 detenidos en Málaga, Sevilla, Huelva y Granada.
Son los frutos de la denominada operación Almaju, centrada en una red de origen Chino. Los agentes han intervenido 6.800 plantas de marihuana en diversos registros domiciliarios y han recuperado 70 kilos de cogollos listos para ser distribuidos. La organización se dedicaba a mover esta mercancía en el sur de España y el norte de Europa, con una asentada red logística en varias infraestructuras detectadas en las cuatro provincias andaluzas.
En Málaga, además de en Miraflores, los agentes llevaron a cabo registros domiciliarios en Alhaurín de la Torre, Mijas y Torremolinos. En total, la Guardia Civil ha desmantelado diez laboratorios dedicados a la producción y al procesado de marihuana, y se han intervenido diez vehículos utilizados presuntamente con fines ilícitos.
La investigación comenzó en enero, a raíz de la detención de varias personas de origen chino en la localidad de Aljarafe (Sevilla), por su presunta implicación en delitos de narcotráfico. Gracias a un dispositivo de vigilancia, los agentes pudieron comprobar que los arrestados pertenecían a una red que poseía una «compleja estructura endogámica» integrada por dos familias chinas, «perfectamente jerarquizada y estanca» especializadas en cultivar marihuana en espacios interiores. En el marco de la investigación, los agentes han liberado a tres ciudadanas chinas que se encontraban en régimen de semiesclavitud.
Además, los agentes han descubierto que los principales responsables de la red tenían una faceta empresarial 'legal' tejida en torno a bazares, mediante los cuales «financiaban y blanqueaban grandes cantidades de dinero procedentes del cultivo y venta de marihuana».
Para potenciar su negocio utilizaban un esquema empresarial: invertían parte de los beneficios en la mejora y modernización de los laboratorios, consiguiendo de este modo aumentar la producción y los beneficios, según la Guardia Civil. Los agentes han calculado que en 2019 podrían haber obtenido varios millones de euros de la venta de marihuana. La actividad productiva se desarrollaba en viviendas de alquiler, sobre todo en chalets independientes de lujo en urbanizaciones aisladas, con contratos de alquiler a largo plazo, aunque empleaban identidades y documentaciones falsas.
Una vez alquiladas las viviendas, efectuaban reformas importantes, realizando conexiones a la red eléctrica con sofisticados procedimientos para evitar ser detectados. Asimismo, utilizaban la mayor parte del espacio de los edificios para plantaciones intensivas de interior, de ahí que se referían a ellas como «granjas», produciendo ciclos de cosechados ininterrumpidos, de una variedad de planta manipulada genéticamente conocida como «amnesia» y con un THC (Tetrahidrocannabinol) muy superior a la media.
En el dispositivo de explotación de la operación han participado más de 200 agentes de la Guardia Civil de las Comandancias de Sevilla, Málaga, Huelva y Granada; además de diversas unidades de investigación, GRS, GAR, USECIC, unidades de helicópteros, y Servicio Cinológico. Esta operación, dirigida por el Juzgado mixto nº 4 de Sanlúcar la Mayor (Sevilla), se incluye dentro del Plan Especial de Seguridad contra el Narcotráfico en el Campo de Gibraltar y su zona de influencia.
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