Más de medio centenar de bomberos malagueños se despliegan en Valencia: «Es un campo de batalla»

Este lunes, unos 120 efectivos -malagueños y de distintos puntos de Andalucía y el territorio nacional- están trabajando bajo la coordinación del Consorcio Provincial de Málaga para achicar el agua del parking del Centro Comercial y de Ocio MN4, en el municipio de Alfafar. «Es una tarea inmensa en la que llevamos volcados desde ayer: son dos plantas, con una superficie total de 60.000 metros cuadrados», explica Salva Olivas, el oficial que está al mando del puesto. «Todavía es pronto para saber si hay víctimas», agrega.

Después de unas 20 horas, los efectivos han realizado una primera incursión superficial con embarcaciones neumáticas en la que no se han localizado víctimas, aunque solo se ha conseguido avanzar hasta la mitad de la primera planta del subterráneo. «Como mínimo, hasta esta noche o hasta mañana temprano va a ser complicado saber realmente lo que hay dentro», precisa al respecto Juama Ravina, uno de los tres bomberos especializados en rescates que se han desplazado al epicentro de la catástrofe desde Benalmádena.

Ravina y sus compañeros llegaron a Valencia el jueves junto a cuatro policías locales del mismo municipio, quienes se trasladaron con parte de su equipo de drones. La primera jornada estuvieron en Paiporta, donde revisaron calles en las que se concentraban gran cantidad de vehículos para comprobar que no hubiera nadie en su interior. Al día siguiente se movieron a Alfafar, donde continúan con la tarea principal de inspeccionar sótanos y garajes, convertidos en puntos ciegos en los que la población teme que pueda haber gran cantidad de fallecidos.

«De momento, nosotros no hemos hallado a nadie sin vida, pero seguramente irán apareciendo a medida que avancemos con estas revisiones», vaticina Ravina. Acostumbrado a intervenir en todo tipo de catástrofes naturales, el bombero de Benalmádena asegura que lo que vio al llegar a Valencia le recordó de inmediato al escenario que encontró en Indonesia tras el devastador tsunami de 2004. «Me devolvió a ese momento, es el mismo nivel de destrucción masiva», sostiene.

Los 14 efectivos de Málaga capital también se encuentran desplegados en Alfafar. Como explica el cabo Fernando Marcos del Real Cuerpo de Bomberos, llegaron a Valencia el sábado y, con ayuda de electrobombas y motobombas, están llevando a cabo tareas de achique de agua, tanto en viviendas como en garajes, además de colaborar en la apertura de puertas para permitir el acceso a comercios y domicilios y de trabajar en la retirada vehículos que obstaculizan el paso de los servicios de emergencias. «La zona cero es inmensa, es como si fuera media Málaga; hasta que no estás aquí no te das cuenta», indica.

De manera paralela, algunos de los siete efectivos de Marbella también se han desplegado este lunes en las calles de Massanasa, que es otra de las localidades de l'Horta más afectadas por las lluvias. A pesar del agotamiento, los bomberos malagueños aseguran que continúan con «las pilas al 300 por ciento». No quieren marcharse de Valencia sin hacer todo lo que esté en sus manos. «La fuerza nos la está dando la gente», asegura al respecto José Julián Bueno, uno de los siete efectivos de Fuengirola que llevan desde el jueves trabajando en las zonas más castigadas tras el paso de la DANA. El efectivo explica que es imposible expresar la desesperación con la que está viviendo la población este desastre.

El bombero afirma que es imposible explicar la desesperación con la que está viviendo la población este desastre. Ni siquiera las imágenes, sostiene Bueno, alcanzan a reflejar los momentos tan duros que están atravesando los vecinos de las localidades inundadas. No son solo montañas de vehículos destrozados, también viviendas que han quedado inhabitables y comercios quedado arrasados por el agua. Y lo más grave, la falta de noticias sobre familiares, amigos y conocidos que les hacen temer lo peor. «Para ellos es un consuelo saber que estamos aquí, que no están solos», mantiene.

En este sentido, el oficial Olivas, al frente del contingente del Consorcio Provincial - y el encargado de coordinar a más de un centenar de efectivos de distintos territorios-, explica que los gestos de agradecimiento no han cesado por parte de la ciudadanía desde que llegaron a la denominada zona cero, una vez decretada la emergencia. «Imagínate, no paran de ofrecernos lo poco que tienen, ya sea un poco de comida, de agua o de café, o de ofrecernos sus casas ante cualquier tipo de necesidad física o biológica que nos surja», incide emocionado.

Del mismo modo, el cabo del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga pone también el valor la solidaridad demostrada tanto los propios afectados y como los cientos de vecinos que se están desplazando desde los municipios próximos a pie para echar una mano y ayudar a limpiar las calles, las viviendas y los comercios inundados de lodo. «Hay gente que lo ha perdido todo, que ha perdido incluso a familiares, y que aun así arrima el hombro y cuando nos ven nos dan las gracias e intentan colaborar en todo lo posible», manifiesta Marcos. «Aquí todo el mundo está a una», destaca.