Málaga registra un caso cada dos días de maltrato de menores a sus padres
Los profesionales hablan de un fenómeno «en alza» donde la media de edad de los agresores ha bajado hasta los 15 años
Pocas cosas puede haber más traumáticas para un padre que acudir a un juzgado o llamar a la policía para denunciar a su propio hijo. ... Y lo peor es que ha dejado de ser una situación excepcional. Málaga registra un caso cada dos días de menores que agreden a sus progenitores.
El fenómeno, que hace dos décadas apenas tenía reflejo en las estadísticas judiciales, ha sido denominado como 'violencia filioparental', que abarca todas las conductas reiteradas de agresiones físicas, psicológicas o económicas dirigidas de los hijos a sus progenitores o a aquellos adultos que ocupan su lugar.
Según precisan desde Meridianos, entidad no lucrativa que colabora con la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía en la reeducación de estos menores, en estos casos el hijo actúa de forma «intencional y consciente, con el deseo de causar daño, perjuicio o sufrimiento a sus progenitores».
La violencia filioparental es un fenómeno «en alza» pese a que, según advierten desde Meridianos, sigue existiendo una cifra negra de maltrato porque las víctimas –los padres– «tienden a ocultarlo». Los últimos datos publicados por la Fiscalía General del Estado sitúan a Andalucía como la región con mayor número de expedientes por este delito (1.136 casos durante el año 2019). Málaga, es por detrás de Sevilla y Cádiz, la tercera provincia, con 183.
Perfil
Los profesionales hablan de un nuevo perfil de agresores: niños, adolescentes o jóvenes «aparentemente normalizados» que proceden de cualquier estrato social. «Con mucha frecuencia», sus conductas violentas se limitan al ámbito familiar. Es decir, que no son agresivos fuera de casa. Incluso presentan conductas «sobreadaptadas» en otros contextos.
Según un estudio de la fundación Amigó, apoyado en las estadísticas de la Fiscalía, la edad media de los agresores ha descendido y se sitúa ahora en los 15 años, mientras que la de los padres es de 46. En el 63% de los casos, la violencia fue ejercida por hijos varones. En tres de cada cuatro denuncias, esa espiral vino acompañada de una disminución del rendimiento escolar. También llama la atención que el 64,35% de los menores presentaban, además, algún tipo de adicción.
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