«El niño me pidió una botella de agua y, al mirar las cámaras, el coche del que se bajó había desaparecido»

Las imágenes captadas por la gasolinera donde dejó al menor, tras darse cuenta de que iba dentro del turismo, han resultado claves para identificar y arrestar al joven, que tiene 27 años y varias reseñas policiales, según confirmaron las fuentes consultadas.

Todo comenzó a las siete de la tarde del lunes, cuando la familia aparcó el coche, un Seat León de color azul, en la puerta de una quesería de Almargen para recoger un encargo. Era una parada de un par de minutos, por lo que el pequeño se quedó dentro del vehículo, que tenía las llaves puestas.

Por Almargen paraba ese día 'El Bola', según la investigación policial. Comerciantes del pueblo aseguran que los visitó y que, al parecer, intentó colocarles algún billete falso. También mencionó que tenía que ir a Campillos y necesitaba algún medio de transporte para desplazarse.

Las pesquisas apuntan a que el joven vio la oportunidad cuando encontró el Seat León con las llaves puestas, se subió a él y enfiló la salida del pueblo lo más rápido que pudo. Ya con el coche en marcha, se dio cuenta de que en el asiento trasero estaba el crío y, para tranquilizarlo, le dijo que su madre le había pedido que aparcara bien el coche.

Al salir del municipio se encontró una gasolinera Cepsa situada en el kilómetro 93 de la carretera comarcal A-384, que comunica Almargen con Cádiz –lo que ya suponía una pista– y con Antequera. Acercó el automóvil a la entrada, tratando de mantenerse lejos del alcance de las cámaras, y le pidió al niño que bajara a buscar una botella de agua.

El menor entró con total inocencia y se aproximó al mostrador donde se encontraba Antonio Escobar, el dueño de la estación de servicio, que regenta desde hace 25 años. «Terminé de despachar a otro cliente y se me acercó el niño», cuenta el empresario.

«Estaba tranquilo, ni asustado ni nada», continúa, «me pidió una botella de agua –el delincuente no le dio dinero para comprarla– y yo le pregunté con quién había venido». El crío respondió: «Con un señor que me ha dejado ahí». Antonio miró las cámaras y «ahí» ya no había nadie. «El coche había desaparecido», añade.

En ese momento, el propietario de la gasolinera comprendió que estaba pasando algo. «Le pregunté dónde estaba su mamá y me contó lo de la tienda. Le dije que no se preocupara, que yo iba a localizarla. Entonces, llamé a la Policía Local y ya me informaron de que lo estaban buscando, que lo custodiara hasta que llegaran ellos. Le ofrecí un dulce o un bollicao, pero no quiso», relata.

Unos minutos después, aparecieron las primeras patrullas de Policía Local con la madre del pequeño. Las cámaras de la gasolinera captaron el momento en que se reencontró con su hijo y se abrazó a él. Antonio recuerda el revuelo que se formó. Comenzaba la investigación para localizar al fugitivo.

Los agentes de la compañía de Antequera de la Guardia Civil, ayudados por las policías locales de la zona, dieron muy pronto con una buena línea de trabajo. En las imágenes de la videovigilancia creyeron reconocer a un joven gaditano con algunas reseñas policiales y se centraron en él.

Los investigadores descubrieron que el sospechoso estaba viviendo en la localidad gaditana de Prado del Rey (5.600 habitantes), donde tiene familia, aunque es oriundo de un municipio cercano. La confirmación definitiva de que estaban en la línea correcta llegó cuando localizaron el Seat León aparcado en dirección contraria en una calle del pueblo.

Ayer por la mañana, la Guardia Civil reclamó la colaboración de la Policía Local de Prado del Rey para cercar a 'El Bola' conscientes de que estaba escondido en alguna casa de la localidad. No lo encontraron en su domicilio, por lo que la búsqueda se extendió a su entorno. Según las fuentes, se le detuvo en la vivienda de un amigo. Así terminó, ayer a mediodía, su huida.