A prisión por atropellar a un vecino de La Viñuela que trató de que no condujera

James es el presidente de la comunidad de propietarios, que conforman una docena de chalets. Según este británico, «todos han tenido enfrentamientos» con su vecino inglés, «por distintos motivos». Las disputadas alcanzaron un culmen el pasado sábado 12 de agosto. A media tarde James regresó a su casa tras almorzar y pasar la sobremesa en la vivienda de otro residente. Cuando llegó a la cancela de su chalet, vio que «había varias piedras de gran tamaño» impidiéndole la entrada de su vehículo.

Se bajó para retirarlas y mientras lo hacía oyó que la esposa de su vecino se acercó hacia él gritando «¡Socorro, socorro, que me mata, que me mata!», siempre según el testimonio de este británico, que en su juventud llegó a trabajar como militar en la prestigiosa Royal Navy como submarinista. «Entonces salió él detrás y le dije, ¿has sido tú el de las piedras? Y me contestó que no, que esas piedras se habrán caído del monte», ha explicado James.

Tras percatarse de que su vecino estaba en «un evidente estado de embriaguez», y comprobar que pretendía huir del lugar con su coche, un Nissan Qashqai, James trató de evitar que se pusiera al volante, quitándole las llaves del motor. Sin embargo, su vecino respondió presuntamente arremetiendo contra la cancela metálica del inmueble y atropellándolo supuestamente en hasta cinco ocasiones, según ha denunciado el británico y han corroborado varios testigos.

Debido al revuelo que se estaba generando en la calle, comenzaron a llegar al lugar más vecinos, hasta alrededor de una quincena. «Quiso matarme, me pasó cinco veces con el coche por encima, tengo las caderas rotas y varias costillas, y hematomas en la cabeza y en los brazos. Luego cogió un palo y me golpeó, y porque lo pararon los vecinos, que si no me mata, es un asesino», ha confesado James, que se recupera en su vivienda tras permanecer hospitalizado diez días en el Comarcal de la Axarquía.

Según este británico, que antes de venirse a vivir a La Viñuela residió en Francia, la Guardia Civil tardó «más de media hora y hasta 45 minutos» en aparecer para poner fin a la pelea. En el mismo lugar de los hechos los agentes del Instituto Armado detuvieron a al vecino de James, acusado de un presunto delito de homicidio en grado de tentativa y otro de lesiones. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Vélez-Málaga, en funciones de guardia, decretó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del súbdito inglés por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa. Durante su comparecencia judicial, el detenido prestó declaración.

Según los residentes, el ahora encarcelado llevaba más de una década viviendo en la urbanización de La Viñuela y anteriormente lo había hecho en Mallorca. «Lo único que intenté es que no cogiera el coche borracho para que no matara a nadie y al final casi me mata a mí», ha confesado David James, quien se siente «muy afortunado» por estar vivo tras el ataque de su vecino, al que ha calificado de «demonio, está enfermo, es alcohólico y está mal de la cabeza», ha expresado.

El vehículo del presunto agresor sigue aparcado en la empinada calle donde ocurrieron los hechos, al igual que el Mercedes de James, que tiene una de sus puertas dañadas por una de las embestidas. No era la primera vez que estos dos vecinos tenían un enfrentamiento. Así, hace apenas dos años el inglés encarcelado ya amenazó con un hacha a su vecino, según ha explicado James.

Aquel incidente se resolvió con una orden de alejamiento «que no cumplió», según se ha lamentado el británico herido. «No quise llegar al juicio y hubo un acuerdo previo porque a mi mujer le habían diagnosticado un cáncer justo en esos días y no quería pasar por todo el proceso judicial», ha confesado el ciudadano británico.

En los hechos del pasado 12 de agosto, al menos, otros tres vecinos resultaron también con lesiones de diversa consideración por las presuntas embestidas del súbdito inglés con su coche, aunque de menor gravedad que las de James. Varios de los residentes en la urbanización han confesado a SUR que tienen «miedo» de que su vecino británico «pueda quedar libre en pocos meses», por lo que piden que la autoridad judicial mantenga la medida de prisión provisional y sin fianza a la espera de que se celebre el juicio. «Espero que le caigan por lo menos diez años de cárcel», ha apostillado James.