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A sus 41 años, Juan Antonio Hans Checa, natural de Lora del Río (Sevilla) y constructor de profesión, falleció la semana pasada tras ser esposado por varios agentes de la Policía Nacional en un hotel de Estepona, ha denunciado el abogado Luis Romero, en representación de su familia, quien ha solicitado a la Guardia Civil la apertura de una investigación para aclarar la intervención de los efectivos. Desde la Comisaría Provincial han asegurado que el varón tuvo que ser reducido, ya que estaba «fuera de sí» y que sufrió una parada cardiaca en el transcurso de la actuación.
De acuerdo con el relato del letrado, Hans Checa se desplazó a Estepona para atender varias obras en la localidad y se alojó en el Hotel Ona Romano de Estepona. Luis Romero relata que, sobre las 21:40 del 23 de enero, se presentaron en el complejo hasta ocho agentes de la Policía Nacional, que fueron alertados por los trabajadores de que el individuo estaba «alterado» y «nervioso». Horas antes, detalla el abogado, también ocurrió lo mismo en un bar, pero, en ese caso, los agentes lo habrían acompañado al hotel «sin ningún problema».
Aunque Romero detalla que el fallecido a veces sufría alucinaciones por brotes psicóticos, asegura que no consta que cometiese ninguna infracción penal.
Desde la Comisaría Provincial de Policía Nacional de Málaga, por su parte, explican que la primera vez que localizaron al individuo fue en un bar donde, según el personal, estaba «generando problemas». A su llegada, observaron que estaba consumiendo alcohol y sospecharon que pudiera encontrarse bajo los efectos de las drogas, ya que les intervinieron un envoltorio con una sustancia pulverulenta similar a la cocaína.
Tras conseguir que abandonase el bar, la Policía Nacional asegura que movilizó a una ambulancia «dado su estado», pero que él mismo rechazó la asistencia médica. Y que, para evitar que cogiera el coche, los agentes se prestaron a llevarle al hotel donde se hospedaba. No obstante, esa misma tarde, volvieron a recibir una llamada que alertaba de un huésped «fuera de sí, muy agresivo».
Con el fin de «salvaguardar la seguridad de esta persona y la de otros usuarios del hotel», desde la Policía Nacional justifican que «tuvieron que utilizar la mínima fuerza imprescindible para reducirla» haciendo uso de los grilletes. En esta situación, cuentan que el hombre habría entrado en parada.
«Los agentes lo colocaron en posición lateral de seguridad, y comenzaron a practicarle los primeros auxilios (RCP y desfibrilador). Una ambulancia se trasladó también al lugar; los sanitarios se sumaron a la asistencia de esta persona». Pero, el individuo finalmente murió y se activó el protocolo judicial, describen desde la Comisaría Provincial.
Sin embargo, el abogado de la familia del fallecido denuncia que Hans Checa «se encontraba hablando por teléfono en una oficina junto a la recepción cuando llegaron los policías y, menos de una hora después de que interviniesen, ya estaba muerto en unas extrañas e inexplicables circunstancias que deben ser aclaradas». Además, asegura que, durante la intervención policial, no colgó la llamada y que su hermano le escuchó decir: «No me matéis que tengo dos niños muy chiquititos».
Luis Romero también critica que la esposa del fallecido, enfermera de profesión, avisó al 112 de las circunstancias de su marido, pero que «la Policía Nacional decidió actuar por su cuenta empleando la fuerza, entendemos que desproporcionada, sin avisar antes a personal facultativo especializado como psicólogos o médico psiquiatra».
Asimismo, el letrado denuncia que el Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga negó a sus familiares ver e identificar el cadáver alegando los forenses, supuestamente, que ya estaba reconocido y que lo debía autorizar el juez instructor, a pesar de que el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Estepona informó de que «no se necesitaban sus permisos».
De esta manera, Romero exige que se aclaren los hechos: que los allegados del fallecido vean e identifiquen el cadáver; que se requiera al médico forense que intervino en la diligencia del levantamiento de cadáver; que se aporte a la mayor brevedad el informe preliminar de autopsia, ya que los familiares decidirán solicitar una segunda autopsia; que la Policía Nacional aporte al juzgado las grabaciones de las cámaras de seguridad del bar y del hotel, y que se encarguen las diligencias de investigación que sean precisas a la Guardia Civil.
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